Un número por ahora indeterminado de hogares y negocios asturianos se ha encontrado en la segunda mitad de este año con la siguiente situación: en plena escalada del precio de la luz en el mercado mayorista, con alto impacto directo en los clientes acogidos a la tarifa regulada (40% de los contratos en Asturias), las empresas comercializadoras han demorado la emisión de sus facturas, de modo que, en los casos más extremos, una parte de los consumidores llevaba desde junio sin que sus empresas les cargasen los recibos, acumulando por ello hasta cinco meses pendientes de pago.
Una aproximación al impacto económico para un hogar que esté en esa última situación puede ser esta: considerando el gasto medio mensual de electricidad en 2020 (unos 60 euros, según la Encuesta de Presupuestos Familiares del INE) y las subidas interanuales que registró la luz a partir de julio (entre el 27% y el 63% interanual según los meses, de acuerdo con los datos del Índice de Precios al Consumo), una familia medía podría afrontar ahora el pago de cerca de 350 euros de luz si se ve obligada a abonar al mismo tiempo las facturas retrasadas y las más recientes.
La Unión de Consumidores de Asturias asegura haber tramitado “cientos” de quejas y reclamaciones en estas semanas por demoras en la facturación de la luz que atribuye “especialmente” a Total Energies y Repsol. La primera de esas energéticas adquirió a fines de 2020 la cartera de clientes residenciales de EDP, lo que convirtió a la petrolera francesa en comercializadora hegemónica en ese segmento del mercado dentro de la región. Por su parte, Repsol, compañía de raíz petrolera como la francesa Total, se hizo en 2018 con los activos de la antigua Viesgo, siendo la segunda comercializadora en número de contratos de hogares y pequeños negocios en Asturias.
Fuentes de Total aseguraron que, en la actualidad, “estamos facturando con normalidad” y que sus clientes “ya han recibido las facturas afectadas por los cambios introducidos por el Gobierno en junio (...) y en octubre” . La compañía relaciona los retrasos registrados con la adaptación a las numerosas modificaciones que se han producido en los recibos de la luz y del gas en poco tiempo: nueva tarifa regulada con tramos horarios de consumo, cambios en peajes e impuestos, rebaja del IVA del 21% al 10% y del impuesto eléctrico, modificación del bono social...
“En Total hemos querido hacer estos cambios lo antes posible, pero también realizando las pruebas suficientes para garantizar que la facturación se emite correctamente”, expuso la compañía. Y anunció: “Los clientes que hayan podido recibir dos o más facturas juntas en un tiempo inferior al habitual podrán acogerse al pago fraccionado (a través del área de cliente o del resto de canales de atención) de forma totalmente gratuita”. Repsol no aportó su versión sobre los problemas de facturación, reconocidos también en otras regiones por Endesa y Naturgy.
