La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Los encuentros empresariales del Idepa

El Principado y la FADE animan a las compañías asturianas a “ganar tamaño”

Enrique Fernández y María Calvo destacan las ventajas de las sociedades medianas para acceder a financiación y para atraer y retener el talento

Por la izquierda, Sergio Martínez García, Álvaro Platero Díaz, Paula Rodríguez Peláez, Eva Pando, Alberto González-Moratiel, Luis Rodríguez-Ovejero y Antonio Fernández-Escandón, ayer, en las jornadas del Idepa, en Oviedo. | Luisma Murias

La presidenta de la patronal FADE, María Calvo; el consejero de Industria y Empleo, Enrique Fernández, y el director general de la Fundación Cre100do, Rafael Vaquero, coincidieron ayer en señalar la necesidad de que las “empresas asturianas ganen tamaño” como condición de competitividad, acceso a mejores condiciones financieras, efecto tractor y potencial de creación de empleo. El mensaje coincidente se produjo en los XXIX Encuentros Empresarios de Asturias, organizados por el Gobierno asturiano y el Idepa (Instituto de Desarrollo Económico del Principado de Asturias), dedicados este año a las empresas con una facturación entre 50 y 500 millones, las llamadas de “mercado medio”.

Aunque “en todos los segmentos” de tamaño “se puede ser competitivo si se adoptan las medidas acordes” –señaló Eva Pando, directora general del Idepa–, en Asturias sólo el 0,5% de las empresas tienen más de 50 empleos y el 80% tienen entre ninguno y 20. Calvo destacó que “el tamaño es condición para acceder a mejores condiciones financieras y atraer y retener talento”, y que las empresas españolas con más de 250 trabajadores demuestran la misma competitividad que las alemanas. Llamó por ello a las empresas asturianas a dejar de rivalizar entre sí y “unirse para competir no sólo con fusiones y adquisiciones, sino con otras modalidades” como “estrategia de crecimiento”.

El consejero de Industria calificó de “determinante” alcanzar “un tamaño crítico” porque otorga “musculatura” y “mejor gestión de los recursos humanos”, posibilidad de generar empleo cualificado y “mayor capacidad de adaptarse a los bruscos cambios de los mercados globales”.

El director de la Fundación Cre100do coincidió en que las empresas de “medio mercado” aúnan “escala y flexibilidad”, son “más estables”, están internacionalizadas, tienen mayor presencia en el sector industrial y tienden a localizarse fuera de los grandes núcleos. “Tienen el tamaño crítico para ser las grandes generadoras de empleo”, agregó Vaquero.

Seis empresas asturianas de tamaño medio dieron testimonio de su experiencia.

Sergio Martínez, consejero delegado de Aleastur, destacó que su empresa “aprovechó los retos para convertirlos en oportunidades” y afrontó su trayectoria mediante asociaciones empresariales y accionariales, diversificando riesgo y “apalancándose en capacidades externas”.

Álvaro Platero, presidente de Gondán, expresó el arraigo territorial (“Exportamos barcos, no astilleros”) y ligó la evolución seguida por la empresa y su transformación como fabricante de buques mayores y más sofisticados a las demandas de los clientes y las oportunidades que ofrecía el mercado al tiempo que desaparecieron las posibilidades de la pesca, su dedicación inicial como constructores. El astillero, dijo, creció contra las dificultades de calado, altura del puente sobre la ría del Eo y orografía.

Paula Rodríguez Peláez, consejera de Cafento, destacó como opción estratégica del grupo “la búsqueda de aliados, compartir información y no pretender hacerlo todo sino aquello en lo que se es bueno”. La etapa inicial de Cafento fue de crecimiento orgánico, pero desde entonces ha sido “totalmente inorgánico” con la compra de más de veinte empresas en veinte años y con el mantenimiento de la veintena de marcas adquiridas.

Alberto González-Moratiel, presidente y consejero delegado de Samoa, señaló que esta compañía “está dando un salto tecnológico importante” porque “no se podrá sobrevivir produciendo lo mismo que en los años 90”.

Luis Rodríguez-Ovejero, presidente y consejero delegado de Satec, sostuvo que “el crecimiento nunca fue el objetivo” de su empresa. “El objetivo era sobrevivir”.

Y Antonio Fernández-Escandón, presidente y consejero delegado de Zitrón, indicó la transformación de la sociedad desde la crisis minera con el acuerdo de los socios y la renuncia durante un tiempo al dividendo.

Los grupos de dimensión media alientan la internacionalización pero avisan de sus riesgos


Luis Rodríguez-Ovejero, dirigente de Satec, alertó de que “la digestión de las compras de empresas de cierto tamaño es muy complicada”. Sergio Martínez, de Aleastur, rememoró que la empresa exploró todos los mercados: “No se dejó terreno sin pisar”. Paula Rodríguez, de Cafento, subrayó la importancia de su expansión fuera de España: “Alguien nos iluminó y nos fuimos a Francia y Eslovaquia. Allí seguimos. Ahora estamos también en Irlanda”. González-Moratiel, de Samoa, alertó sobre los riesgos de devaluaciones monetarias en algunos países y la conveniencia de encontrar a las persona idóneas para adentrarse en mercados desconocidos, y avisó de que los resultados no son inmediatos: “Hay que esperar y ser perseverantes”. Platero sostuvo que “la innovación es la seña de identidad de Gondán”: “Todo nuestro astillero es I+D”. Fernández-Escandón, de Zitrón, fue taxativo: “Hay que innovar permanentemente; si no, prepárate a morir”.

Compartir el artículo

stats