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La transformación digital cala con fuerza en el turismo, la hostelería y la construcción regional

Crece con intensidad el interés de las empresas asturianas por digitalizar sus negocios, según el análisis del Colegio de Ingenieros Industriales

Carlos García Moreno, durante una charla ante un grupo de empresarios asturianos.

Las empresas asturianas que tienen su actividad ligada al turismo, la hostelería y la construcción son las que tienen unas mayores inquietudes para dar el salto hacia la transformación digital de sus negocios para no quedarse rezagados frente a una competencia cada vez más global y feroz. El balance lo hace Carlos García Moreno, director de la oficina de transformación digital del Colegio de Ingenieros Industriales de Asturias –bautizada como “Acelera pyme”– y que lleva ya un tiempo percibiendo que el interés de las compañías de la región por dar el salto de la digitalización es cada vez mayor. “Esta transformación se ha convertido ya en una cuestión de supervivencia, aquellos que no lo aborden corren el riesgo de quedarse fuera”, explica. Y da un aviso: “Esto no va de adoptar una determinada tecnología”. El cambio tiene que ser global. El 60% de las consultas que recibe la oficina son de empresas que pertenecen a esos tres sectores de actividad.

Este tipo de oficinas para intentar acelerar la transformación digital de las pymes son una iniciativa del ministerio de Economía –a través del organismo red.es– y en Asturias están funcionando en estos momentos tres. La del colegio de ingenieros, otra que depende de la Cámara de Comercio de Oviedo y una más que está en manos de la Fundación CTIC. En toda España, hay 90 y en breve comenzarán a funcionar otras 50 orientadas única y exclusivamente a las zonas rurales.

Para entender lo que supone la transformación digital Carlos García tira de un ejemplo muy práctico. “Blockbuster (la compañía de alquiler de películas) no tenía un problema de digitalización, era una empresa súper potente con una tecnología de vanguardia, pero no supo ver que el modelo de negocio iba por otro lado, no se supo adaptar y Netflix le comió la tostada”, asegura. El Gobierno central ya le encomendó (mediante una adjudicación) la oficina de transformación al colegio de ingenieros industriales asturianos en 2018, tiempo suficiente para comenzar a hacer balance. Y la conclusión del colegio es que el interés de las empresas asturianas por dar el salto digital ha ido subiendo como la espuma. En estos años, han realizado más de medio millar de asesoramientos individualizados para pymes y autónomos asturianos y sus diferentes programas (cursos, conferencias...) han llegado a más de dos mil compañías. El objetivo en esta nueva etapa, la encomienda es que la oficina esté activa hasta septiembre de 2023, es la de, como mínimo, duplicar estos números. “Somos un consultor neutral que no tienen ningún tipo de sesgo comercial a la hora de ayudar a las pymes a transformarse, porque a cada empresa este proceso le afecta de una manera diferente”, explica. Con esas, tienen previsto durante los próximos dos años desarrollar más de 70 jornadas divulgativas, visitas a empresas que sean referentes en innovación, cientos de diagnósticos de madurez digital (para ver en qué punto está la compañía) para luego elaborar trajes a medida o planes para estimular el emprendimiento digital. “En esto de la transformación no hay una meta establecida, porque un día puedes estar muy bien, pero al siguiente corres el peligro de quedarte desfasado”, señala. Hay que estar actualizándose de forma continua.

A corto plazo, lo que ya está a la vuelta de la esquina es el llamado “kit digital” impulsado por el Gobierno central, que está dotado con 3.000 millones de euros y que tiene el objetivo de impulsar la transformación digital en las pymes mediante una serie de bonos. “Es un dinero que, además, no se va a repartir en concurrencia competitiva, el primero que lo solicite se lo lleva”, asegura García. Los primeros planes de ayudas –en un paquete de unos 500 millones de euros– saldrán en febrero. Pero antes, ya este mismo mes de enero, ya está abierto el plazo para que fabricantes de nuevas tecnologías (conocidos como habilitadores digitales) puedan inscribirse a una especia de catálogo gigante del que luego pueden aprovecharse las pymes que reciban los bonos. “Lo importante es que este dinero se aproveche y que no acabe malgastado”, apunta García. Por el momento, la mayoría de las compañías asturianas se mueven en la transformación digital en función de lo que haga su competencia. Generalmente, piden medidas concretas para mejorar su presencia en las redes sociales o para vender más online.

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