Las oportunidades de negocio de las nuevas energías

Cangas de Onís, base de cultivos contra la contaminación industrial

Una empresa de Cangas de Onís usa CO2 ahorrado de fincas sostenibles para vender créditos de emisiones al sector fabril

La especialista medioambiental Ainhoa Piloñeta examina un terreno operado por Broker Carbon Farmers en Castilla y León.

La especialista medioambiental Ainhoa Piloñeta examina un terreno operado por Broker Carbon Farmers en Castilla y León. / Yago González

Yago González

Yago González

Flores de Ávila y Rasueros son dos pequeños municipios de la comarca abulense de La Moraña. Muy cerca de allí, ya en la provincia de Salamanca, se encuentran las localidades de Aldeaseca de la Frontera, Paradinas de San Juan y Peñaranda de Bracamonte. En estos lugares con genuino nombre castellano hay diferentes fincas donde se cultiva cebada, trigo, maíz, colza, alfalfa y remolacha, entre otros productos. Todos los terrenos, que suman 214 hectáreas, tienen un rasgo común: capturan más dióxido de carbono del que emiten a la atmósfera porque no utilizan químicos ni fertilizantes, sólo siembra directa. Ese carbono ahorrado es un valor añadido que beneficia no solo a los agricultores. A 400 kilómetros de distancia, en Cangas de Onís, el asturiano Javier Barrial utiliza esa divisa para vender créditos de carbono a empresas industriales de cualquier lugar de España. Es la esencia de su empresa, Broker Carbon Farmers, que combina los mecanismos de la economía financiera con prácticas agrarias muy pegadas a la tierra.

Javier Barrial, fundador y CEO de Broker Carbon Farmers.

Una imagen de la finca. / Yago González

La industria de toda Europa está obligada a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero de aquí a 2030. Para compensar ese poder contaminante, las empresas pueden adquirir créditos de carbono: unidades que representan una tonelada de CO2 absorbida o evitada a la atmósfera, y que pueden destinarse al fomento de energías renovables o de reforestación de terrenos. Broker Carbon Farmers utiliza estos bonos para el desarrollo de la llamada "agricultura regenerativa", aquella que se sirve de los propios recursos de la tierra para los abonos. "El potencial de absorción del suelo agrícola es tres veces mayor que el de los árboles", asegura Barrial.

Cultivos contra la contaminación industrial

Javier Barrial, fundador y CEO de Broker Carbon Farmers. / Yago González

Cangués de 34 años, el fundador de Broker Carbon Farmers dejó en 2021 su trabajo en la ganadería vacuna para montar su compañía. "Unos socios y yo estábamos desarrollando una plataforma para vender parcelas forestales y nos dimos cuenta de que había un mundo tremendo por delante", cuenta Barrial. Contando con el respaldo financiero de sus socios, el emprendedor vio que la mayor oportunidad brotaba de suelos agrícolas e inició contactos con otras empresas especializadas en la detección y evaluación ambiental de ese tipo de terrenos.

Una de ellas es la "start up" alemana Smart Cloud Farming, que utiliza sistemas de inteligencia artificial para localizar superficies agrarias por todo el mundo. La riojana Clean-Biotec determina cuáles son los cultivos más óptimos para la captura de carbono según los criterios de la FAO (la rama de la ONU encargada de agricultura y alimentación). Y la navarra Geoinnova analiza la huella de carbono de las fincas, es decir, el total de gases de efecto invernadero que generan. Si el saldo es positivo (o sea, si el cultivo emite menos carbono del que captura o no genera), significa que el terreno es óptimo para comercializar ese gas no emitido en forma de créditos.

"Una parte se la queda el agricultor y otra la utilizamos nosotros para vender al sector industrial", explica Barrial, que señala que en estos momentos está en negociaciones con empresas fabriles del País Vasco. El mercado de este tipo de créditos lleva dos años de enorme crecimiento, aunque también de mucha volatilidad, con precios que pueden oscilar entre los 30 y 50 euros la tonelada de CO2. "El precio depende de varios factores, como la ubicación geográfica de los terrenos o cuán precisa sea la medición de la huella de carbono", señala.

Broker Carbon Farmers también dispone de algunas fincas en Asturias, aunque se trata de momento de pequeñas parcelas en el entorno de Cangas de Onís. No obstante, sí tienen en fase de estudio una finca de 1.360 hectáreas (una extensión similar a la de Oviedo) en la provincia de Salamanca. "Es muy importante que las empresas apuesten por este tipo de créditos", sostiene Barrial, una mezcla de "bróker" de Wall Street y agricultor.

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