La cogeneración en Asturias sufre una caída de producción del 52% con el tope al gas

La patronal a la que pertenecen empresas como Capsa e ILAS señala que la exclusión del mecanismo ibérico se sumó a la regulación obsoleta

Pablo Castaño

Pablo Castaño

Las plantas de cogeneración de Asturias, que producen simultáneamente electricidad para la red y calor para los procesos industriales, registraron el pasado año un desplome de producción del 52% que la patronal del sector, Acogen, achaca al marco regulatorio y, sobre todo, a la exclusión inicial de estas plantas del mecanismo ibérico de tope al gas.

En Asturias hay un total de 28 instalaciones de cogeneración, algunas de ellas en grandes complejos industriales como los de Corporación Alimentaria Peñasanta (Capsa) en Siero o el Industrias Lácteas Asturianas (ILAS-Reny Picot) en Navia. En 2022 produjeron 100.006 megavatios hora de electricidad, lo que supone menos de la mitad que el año anterior, cuando la producción fue de 207.958 megavatios. "La fuerte caída es el resultado de la dicriminación de la cogeneración. El Gobierno la excluyó del mecanismo del tope al gas, lo que hizo que muchas instalaciones, que utilizan gas, pararan cuando entró en vigor el tope en junio. En octubre se corrigió esa exclusión, justo cuando ya no era necesario el mecanismo por la contención de los precios", señaló el mierense Javier Rodríguez, director general de Acogen, que añadió que el problema del tope al gas se añadió "al obsoleto sistema de retribución de las plantas, que no se adapta al excepcional contexto energético que tenemos y que sigue pendiente de reforma pese a las promesas del Gobierno".

Rodríguez destacó que la caída de la cogeneración en 2022 "fue reemplazada por generación eléctrica de más baja eficiencia, como los ciclos combinados, lo que supone un derroche de gas". Además, lamentó que la anunciada subasta de potencia de cogeneración de alta eficiencia, que ayudaría a modernizar las plantas, no se convoque.

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