Las distinciones de LA NUEVA ESPAÑA

Beatriz Roldán, "Asturiana del mes" por sus investigaciones sobre el hidrógeno verde

La física gijonesa es la primera mujer en dirigir un instituto de la Sociedad Max Planck de Alemania, uno de los centros científicos más prestigiosos del mundo

Beatriz Roldán en la sede del Instituto Fritz Haber, en Berlín.

Beatriz Roldán en la sede del Instituto Fritz Haber, en Berlín. / Yago GonzálezY. González,

Yago GonzálezY. González,

La científica gijonesa Beatriz Roldán Cuenya ha sido nombrada "Asturiana del mes" de febrero de LA NUEVA ESPAÑA por sus investigaciones sobre hidrógeno verde y otros materiales y gases, en su labor como directora del Instituto Fritz Haber de la Sociedad Max Planck, en Berlín (Alemania). Se trata de uno de los centros de inovación sobre física y química más prestigiosos del mundo, y en estos momentos buena parte de sus esfuerzos se centran en analizar las posibilidades del hidrógeno de origen renovable, que destaca como uno de los vectores con más futuro en la industria.

Aunque nacida en Oviedo en 1976, Roldán se crio en Gijón y es nieta de mineros de las Cuencas. Licenciada en Física por la Universidad de Oviedo, lleva fuera de España desde 1998: se doctoró en la Universidad de Duisburg-Essen (Alemania) y ha trabajado como investigadora y profesora en California y Florida (Estados Unidos). En 2013 regresó a Alemania, y desde 2017 dirige el Instituto Fritz Haber, entidad que coopera habitualmente con el Gobierno alemán en la búsqueda de nuevas líneas de innovación industrial. De hecho, en estos momentos están trabajando en un proyecto de distribución de hidrógeno verde por toda Europa.

Por estas razones, Roldán se ha convertido en una de las voces más autorizadas del continente en hidrógeno verde y biocombustibles. El pasado mes de octubre recibió al rey Felipe VI en el Instituto, donde le explicó el trabajo de la entidad. Además, Roldán es la primera mujer que dirige un departamento de la Sociedad Max Planck, fundación que cuenta con veinte Premios Nobel en su haber. En 2013, la Sociedad recibió el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional.

Roldán aseguró sentirse "muy contenta y sorprendida" de ser nombrada "Asturiana del mes" por este periódico: "Nada más saberlo llamé a mis padres, en Gijón, para decírselo. Llevo muchos años fuera y siempre me hacen mucha más ilusión los reconocimientos en España, y no digamos ya en Asturias, que en Alemania". La científica afirma sentirse "muy orgullosa" de ser asturiana: "Llevo las tradiciones de Asturias conmigo...aunque en Alemania no se puede comprar sidra". Cuando conoció la noticia de este reconocimiento, Roldán estaba viajando de regreso del castillo de Schloss Ringberg, un monumento del siglo XIX en los Alpes bávaros perteneciente a la Sociedad Max Planck, donde la gijonesa había realizado una estancia con su equipo de investigadores.

En una entrevista realizada por LA NUEVA ESPAÑA en febrero, Roldán aseguró que Asturias tiene "grandes oportunidades" en el futuro transporte de hidrógeno verde, recurriendo a puertos "de alto calado" como El Musel para convertir el gas verde en amoniaco y, desde ahí, trasladarlo a puertos del norte de Europa, cuya demanda de este suministro prevé dispararse en los próximos años. La científica asturiana lamentó que "España haya empezado demasiado tarde a desarrollar hidrógeno verde, perdiendo varias oportunidades frente a otros países", y animó a "invertir masivamente" en las tecnologías de generación de este gas, ya que el país "tiene el mayor potencial de producción de energía verde al tener mucho sol".

La física advierte de que "los seres humanos siempre vamos a generar emisiones de CO2 mientras produzcamos basura", pero que "el caso es minimizarlas y, sobre todo, convertirlas en otros elementos". En su opinión, es ahí donde entraría el uso de CO2 e hidrógeno verde para producir metanol u otros biocarburantes "que se van a generalizar en el futuro".

Según Roldán, "el problema que tenemos ahora es que las soluciones que se están planteando para la transición energética son a pequeña escala, y necesitamos una solución global. Y esta pasa por recurrir a una fuente abundante y limpia, lo cual encontramos en el agua de los ríos y mares".

La investigadora reside en Berlín, donde vive con sus dos hijos mellizos, nacidos en Bochum pero con la doble nacionalidad germano-española. "Van a un colegio público bilingüe alemán-español. Están muy arraigados como yo a la cultura española y asturiana, acaban de quedar segundo y tercero del colegio en un concurso de lectura en español", dice orgullosa.

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Beatriz Roldán ofrecerá una charla el próximo viernes, día 19, en su alma mater, la Facultad de Química de la Universidad de Oviedo, acerca de las investigaciones que está desarrollando su equipo en el Instituto Fritz Haber de Berlín. Está previsto que la sesión tenga lugar en el Salón de Grados a las 17.00. Tal como adelanta ella misma a este periódico, Roldán explicará diferentes procesos en los que está trabajando, como la transformación de CO2 en gases como el etanol o el etileno, la conversión de agua en hidrógeno verde a través de la electrolisis (disociación de las moléculas de hidrógeno y oxígeno mediante corriente eléctrica) o la reacción de determinados materiales ante procesos químicos. Por la mañana, Roldán asistirá a la lectura de una tesis doctoral, como miembro del tribunal. Más allá de estas citas, la científica gijonesa quiere aprovechar su estancia en Oviedo para intentar a atraer a universitarios asturianos a la entidad que dirige en Alemania. "En Asturias existe un tremendo potencial científico e investigador. Los alumnos están muy bien formados, pero por desgracia la mayoría de ellos se marchan de la región cuando se licencian. En el Instituto tengo a jóvenes investigadores de distintos puntos de España, pero ninguno de Asturias, y yo quiero que vengan. Creo que la Universidad de Oviedo no está tan bien conectada con otros centros europeos como pueden estarlo otras universidades españolas", reflexiona Roldán.