Empresas
Adiós al rey de las mascarillas: cierra la fábrica y se declara en concurso
La firma, que tras el fin de la crisis sanitaria trató de abrir otros negocios, no consigue sobrevivir
Elena Aguilar
Durante muchos meses fue una de las empresas de Castellón con más ventas. En mayo del 2020, en plena primera ola del covid y cuando todo el país hacía cola en las farmacias para conseguir una mascarilla porque nadie en España las producía, seis jóvenes emprendedores decidieron juntar sus ahorros, comprar una máquina y empezar a producir desde Castelló un tipo de cubrebocas desconocido hasta el momento: una FFP2 con una eficacia bacteriana del 99,9%. Nacía así Airnatech Antiviral, una empresa que en tiempo récord llegó a elaborar 19 millones de unidades al mes y dar empleo a casi 200 personas. Ahora, casi medio año después de que la OMS decreta el fin de la emergencia sanitaria, la empresa ha decidido cerrar sus puertas y solicitar el concurso voluntario de acreedores al no poder hacer frente a sus deudas.
El Boletín Oficial del Estado (BOE) ha publicado la entrada en concurso de la compañía de mascarillas con sede en Castelló, así como el anuncio a los acreedores de que disponen de un mes para comunicar sus créditos al administrador concursal.
Aunque el concurso fue aceptado por el juez a mediados del pasado octubre, hace ya algunos meses que la actividad de Airnatech, que llegó a exportar sus mascarillas por medio mundo, es prácticamente cero. El fin de la obligatoriedad de los cubrebocas provocó que los pedidos cayeran en picado y aunque la compañía trató de reinventarse y abrir nuevas líneas de negocio, finalmente ha acabado por bajar la persiana y despedir a su plantilla. Eso sí, según ha podido saber este periódico de fuentes cercanas a la dirección, antes de solicitar el concurso de acreedores la firma se puso al corriente de pago con los trabajadores.
Competencia china
A principios de este mismo año Airnatech decidió reorientar su actividad y centrarse en una línea de mascarillas para farmacias bajo la marca Imask. También lanzó al mercado cinco productos de complementos nutricionales y vitaminas con los que pretendía compensar la caída de la demanda de cubrebocas y mantener los puestos de trabajo. No obstante, los esfuerzos de los propietarios no han sido suficientes para mantener a flote la empresa y la competencia china tampoco ha ayudado. La empresa trató sin éxito de entrar en las licitaciones públicas, aunque como a la mayoría de empresas nacionales le ha resultado imposible competir vía precio con el producto de fuera.
Airnatech ya es historia y no es la única empresa española dedicada a la fabricación de mascarillas que ha echado el cierre. De hecho, se estima que han desaparecido más del 95% de los fabricantes.
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