El despegue del acero verde en Asturias pasa por Jordi Hereu, el nuevo ministro de Industria

Arcelor negociará con el titular de la cartera, que llega desde Hispasat, un nuevo escenario de costes energéticos que hagan viable la inversión de 1.000 millones en Gijón

Adrian Barbón saluda a Jordi Hereu en un vista a Oviedo en septiembre.

Adrian Barbón saluda a Jordi Hereu en un vista a Oviedo en septiembre. / Y. G.

Pablo Castaño

Pablo Castaño

Sobre la mesa del nuevo ministro Jordi Hereu está el futuro de la industria asturiana. El ex alcalde de Barcelona, como titular de la cartera de Industria, tiene en el listado de temas pendientes el despegue del plan de descarbonización de ArcelorMittal en Asturias, una inversión de 1.000 millones que no acaba de encontrar pista libre pese a tener garantizada una ayuda de fondos europeos de 450 millones. La multinacional siderúrgica reclama, para iniciar el despegue, "un escenario de costes energéticos que hagan viable la inversión y sostenibles las nuevas instalaciones". Hasta la fecha, ese escenario no se ha despejado y el Gobierno de España ni ha garantizado la continuidad en 2024 de las actuales medidas excepcionales para que la gran industria electrointensiva no pierda competitividad. Otros países han allanado el camino para las inversiones de la multinacional siderúrgica, que avanza en proyectos en Francia, Alemania y Bélgica.

De Reyes Maroto y Héctor Gómez, sus antecesores en el cargo de Industria, Hereu –heredero en catalán– ha recibido como legado la negociación inacabada con ArcelorMittal. El presidente del Principado, Adrián Barbón, suele decir que sobre ArcelorMittal "pivota el desarrollo industrial de Asturias" y sus instalaciones solo tendrán futuro si se aborda su descarbonización. En julio de 2021, Pedro Sánchez y la familia Mittal anunciaron en Gijón una inversión de 1.000 millones para sustituir uno de los dos hornos altos de Veriña por una planta de reducción directa de mineral de hierro (sistema DRI) con hidrógeno verde y un horno híbrido de arco eléctrico. El pasado junio, la multinacional dio luz verde al horno eléctrico; pero la planta DRI, para la que hay aprobada una ayuda europea de 450 millones, sigue sin recibir el visto bueno.

El horno eléctrico podría funcionar sin necesidad de la planta DRI importando los prerreducidos de hierro y mezclándolos con chatarra. Habría una significativa reducción de emisiones de CO2, pero Asturias ya no concentraría el proceso siderúrgico integral para la fabricación de productos largos y el recorte de empleo sería mayor al previsto al no haber alternativa al cierre de uno de los hornos altos. ArcelorMittal no aprueba la inversión de la planta DRI porque considera que "no está asegurado un escenario energético" de precios más baratos, estables y predecibles. La multinacional lleva meses "trabajando" con el Gobierno de España en ese tema porque es crucial "para la viabilidad de la inversión y la sostenibilidad de las nuevas instalaciones". El horno eléctrico disparará la factura de la luz y el DRI incrementará los consumos de gas natural y utilizará hidrógeno verde, cuyos costes actuales están muy lejos de ser competitivos frente a los combustibles tradicionales. Además, el proyecto en el que participa ArcelorMittal para producir hidrógeno verde en plantas de electrólisis en Castilla y León y conducirlo hasta Asturias por el gasoducto de la Plata (HyDeal España) sigue rodeado de incógnitas por su complejidad e incluso se ha barajado un cambio de planes para acercar los centros de producción de hidrógeno a la planta consumidora.

La competencia

La multinacional siderúrgica tiene proyectos de descarbonización similares al de Gijón en factorías de Francia, Alemania y Bélgica. Aunque el proyecto asturiano fue el primero que Arcelor tramitó ante las autoridades europeas de la Competencia y el primero en recibir el permiso para acceder a ayudas públicas, varias factorías han tomado ventaja sobre el complejo asturiano. Los planes de descarbonización de las plantas de Gante, Dunkerque y Bremen avanzan y sus proyectos básicos ya han sido adjudicados a una empresa que, además, es española: Técnicas Reunidas.

Eduardo Rodríguez, director del programa de descarbonización del Clúster Asturias de ArcelorMittal, deslizó en unas jornadas en Avilés –para justificar que el proyecto asturiano quedara relegado– que las tarifas eléctricas para las grandes industrias son más competitivas en países como Francia. Además, Alemania acaba de acordar un plan de 28.000 millones para rebajar el precio de la luz a las industrias. Mientras, en España, no está decidido si a partir del próximo 1 de enero van a seguir vigentes las medidas excepcionales de suspensión de impuestos y reducción de costes de peajes eléctricos para aliviar el encarecimiento de la energía.

En ese escenario aterriza Jordi Hereu, procedente de la presidencia de Hispasat y representando la cuota del Partido Socialista de Cataluña (PSC) en el Gobierno. En su equipo no se prevé que siga el asturiano Francisco Blanco en el cargo de Secretario General de Industria y está por ver si el también asturiano Luis Ángel Colunga continúa como Comisionado del PERTE de Descarbonización en el que se articula la ayuda a Arcelor.

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