EE UU eleva aranceles al acero de China, que desviará más producción hacia la UE

Las importaciones extracomunitarias ya representan el 27% del mercado europeo, según denuncia la patronal continental Eurofer | Biden reclama «competencia justa» a Pekín y sin ayudas de Estado, y China anuncia represalias

Un trabajador en una planta siderúrgica en Shenyang, en el noreste de China.

Un trabajador en una planta siderúrgica en Shenyang, en el noreste de China. / Mark Cas Agencias

El Gobierno de EE UU ha aprobado la imposición de nuevos aranceles al acero chino, que entrarán en vigor de modo gradual a partir de este mismo año, según anunció el presidente Joe Biden. Junto con el acero, la medida se extiende a otros muchos productos, incluidos los coches eléctricos, cuya importación supone también de facto la entrada de acero asiático a bajo precio en el país.

La aplicación de gravámenes en frontera a las importaciones de acero chino para encarecerlas y frenar su entrada en el mercado estadounidense supondrá una mayor presión para los fabricantes europeos porque, como ocurrió con los aranceles que estableció Donald Trump a los productos siderúrgicos del gigante asiático, las factorías chinas acabarán desviando previsiblemente hacia la Unión Europea gran parte del producto que no logren introducir en EE UU.

Y aunque oficialmente ya está en vigor en la UE el llamado ajuste en frontera para impedir la competencia ventajista de las importaciones de acero procedente de países más laxos en sus normas ambientales y cuyos fabricantes no soportan por ello los costes de los derechos de emisión de CO2 que sí penaliza a los productores de la UE, la aplicación real de este sistema de amparo (CBAM en la terminología comunitaria) no tendrá impacto económico para los productos importados hasta 2026.

Asturias.

El aumento previsible de la entrada de producto chino en la UE acrecentará una situación que ya es agobiante para los fabricantes europeos, caso de las fábricas de ArcelorMittal en Asturias. Según la patronal siderúrgica europea (Eurofer), las importaciones volvieron a aumentar el año pasado (en el último trimestre de 2023 crecieron el 11%) y capturaron "una asombrosa" cuota de mercado del 27% a lo largo del último ejercicio.

En plena precampaña electoral en EE UU, y con un electorado vinculado a las áreas siderúrgicas y manufactureras del país muy encorajinado por los retrocesos fabriles en la gran potencia americana, Biden ha recurrido a medidas propias del proteccionismo para invocar un "comercio justo".

"Los trabajadores estadounidenses pueden trabajar y competir más que cualquiera siempre que la competencia sea justa", afirmó Biden. "Pero no ha sido justa desde hace mucho. Durante años, el gobierno chino ha inyectado dinero del Estado a las compañías chinas". "Y esto no es competencia, es hacer trampa", señaló.

Pekín.

El Gobierno de Pekín expresó su "firme desacuerdo" y replicó que los aranceles "afectarán seriamente a la cooperación bilateral". A juicio de las autoridades chinas, los aranceles son una "típica manipulación política", y prometieron "tomar medidas categóricas para defender sus derechos e intereses".

Biden había dicho el mes pasado que su pretensión es "triplicar los impuestos sobre el acero chino".

Los nuevos aranceles afectan también al aluminio, vehículos eléctricos, paneles solares, jeringas, agujas y otros productos.

Según la Casa Blanca, la estrategia arancelaria se ha calibrado con cuidado para que no tenga un efecto inflacionario acusado, lo que también dañaría las expectativas electorales del demócrata Biden y arruinaría los planes de la Reserva Federal (el banco central de EE UU) de emprender en los próximos meses la rebaja de los tipos de interés por vez primera desde que comenzó su escalada el 15 de diciembre de 2021 para frenar el alza inusitada de los precios, una vorágine inflacionaria inaudita desde la estanflación de los años 70.

China alega precisamente que sus fabricaciones a bajo precio contribuyen a mantener en occidente los precios bajos. Pero a costa de las ventas de las plantas de los países desarrollados.

Ranking mundial.

El drama para China es que las cortapisas en el acceso al mercado estadounidense le crea un problema interno a las autoridades de Pekín, lo que les impulsa a buscar mercados alternativos. El problema es la sobredimensión de la capacidad productiva del país. Según la patronal mundial del acero (Worldsteel), China, mayor potencia siderúrgica del planeta, produjo en 2022 (último dato disponible) 1.018 millones de toneladas, equivalentes a más de la mitad (54%) de la capacidad de fabricación mundial, cifrada en 1.885,4 millones de toneladas. El resto de los grandes productores estás lejísimos de los volúmenes de fabricación china. India produce 125,3 millones; la UE, 92,2; Japón, 89,2; EE UU, 80,5; Rusia, 71,5 y Corea del Sur, 65,8 millones.

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