Caja Rural de Asturias seguirá creciendo con más sucursales en Madrid y Cantabria

La entidad tuvo un beneficio de 63 millones en 2023, un 63% mas, aunque cree que el margen caerá a partir de junio con la bajada de tipos

Antonio Romero, director general de Caja Rural de Asturias, en la terraza de la sede central de la entidad, en Oviedo, con la Basílica de San Juan al fondo.

Antonio Romero, director general de Caja Rural de Asturias, en la terraza de la sede central de la entidad, en Oviedo, con la Basílica de San Juan al fondo. / David Cabo

Yago González

Yago González

Antonio Romero Casado nació en Don Benito (Badajoz) en 1965, de donde era su padre, que en 1973 se trasladó con la familia a Pola de Siero para trabajar como profesor en Noreña. Así que Romero se considera tan asturiano como la propia Caja Rural de Asturias, de la que es director general desde 2019. La entidad, integrada por 518 empleados (se estima que se superen los 550 este año), celebra hoy en Oviedo su asamblea de delegados, que aprobará las cuentas de 2023, el último ejercicio completo.

Resultados de 2023.

«El ejercicio 2023 ha sido bueno en lo económico, lo comercial y lo social», señala Romero a este periódico. Y detalla su valoración: «Hemos obtenido un beneficio de 63 millones de euros, un 63,11% más que el año anterior, pero yo no destacaría tanto eso como qué parte de esas ganancias retornarán a la sociedad asturiana. Serán 6,7 millones destinados obras sociales, fomento de la cultura, el deporte, a la Fundación…». «Además, 4,2 millones (600.000 euros más que en 2022) serán para nuestros 138.811 socios, gracias a los intereses generados por sus aportaciones –son capitales pequeños, entre 60 y 1.800 euros– y vía retornos cooperativos, que es una figura jurídica que compensa los beneficios generados por el socio (con su hipoteca, su depósito, etcétera)», explica.

Según Romero, «estos buenos resultados se deben en gran parte a la subida de los tipos, pero también a que la propia Caja va creciendo».

Líneas de negocio.

Las tres principales áreas de negocio –los particulares, las empresas y el asesoramiento patrimonial– han crecido en 2023. Respecto a la tercera, Caja Rural de Asturias ocupa el segundo puesto de las 29 entidades del grupo, superada únicamente por la de Navarra. «En empresas estamos buscando el nicho que nos corresponde por volumen y territorialidad, que son las pymes y micropymes, y hemos avanzado mucho: hace solo unos años teníamos a una sola persona que se dedicaba a ello, y ahora son unas quince», señala Romero, a quien ese contacto estrecho con empresarios de la región permite hacer un diagnóstico de sus necesidades: «Ven muy difícil culminar proyectos que con los fondos Next Generation, ya que la tramitación es muy complicada. Y también valoran la fiscalidad que tienen otras comunidades autónomas».

Primer trimestre.

«En el primer trimestre de 2024 hemos tenido unos resultados líquidos de 34.570.000 euros», indica el directivo. «No obstante, prevemos que a partir del tercer trimestre la proporción de incremento que estamos teniendo en este 2024 se vaya atenuando, ya que todo apunta a que los tipos de interés empezarán a bajar a partir de junio. Además, cada vez se retribuyen más los depósitos de los clientes, por lo que los márgenes se reducen», advierte.

Red en Asturias.

La entidad cuenta con 115 oficinas en la región. «Además de Oviedo, Gijón y Avilés, también hay gente en los pueblos que compra vivienda, y ahí la Caja es una entidad amiga y referente», afirma Romero, que asegura que «de momento» no prevé cerrar ninguna oficina en las zonas rurales, aunque tampoco abrir. «Lógicamente, algunas son deficitarias, pero en ese aspecto no nos guiamos por la rentabilidad económica. Al final estamos prestando un servicio al municipio: siempre digo que, cuando cierre el banco, el chigre y la farmacia, un pueblo está acabado», sostiene.

«Respecto a las ciudades, este año sí vamos a abrir una en Gijón, en Nuevo Roces. Y en Oviedo vamos a trasladar una oficina de Cerdeño a la zona de Prado de la Vega. Ambos son barrios con una población creciente», remarca.

Fuera de la región.

En septiembre de 2023, la Caja inauguró su primera sucursal en Madrid, en la plaza de Cuzco. «Buscábamos una doble faceta: la comercial, para atender a nuestros más de 4.000 clientes allí, y la institucional, ya que prácticamente todas las semanas tenemos una reunión con alguna asociación o grupo de interés relacionado con Asturias. La oficina está funcionando bien: el madrileño es un mercado más dinámico que el asturiano, y tiene ciertas peculiaridades, como que la clientela o futura cliente la valora mucho la atención presencial. Yo calculo que dentro de un año estará en beneficios». Y no se quedan ahí los planes madrileños: «A finales de este año o comienzos de 2025 abriremos otras dos oficinas: una en Chamberí y otra entre el Retiro y el Barrio de Salamanca, en el entorno de Narváez u O’Donnell».

Respecto a Cantabria, tras las aperturas en Cabezón de la Sal y Torrelavega, «en los próximos días o semanas» se producirá la de Santander. «Y estamos estudiando la posibilidad de ubicar más sucursales en esa comunidad, que tiene una idiosincrasia muy similar a la asturiana, aunque con un porcentaje inferior de bancarización», argumenta Romero.

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