El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, consideró ayer que, aunque cualquier paso en el camino de la desaparición y desarme de ETA es "positivo", la banda no necesita verificadores para entregar sus armas, ya que "con la Guardia Civil y la Policía basta". Sería suficiente, añadió, "con ofrecer la geolocalización y señalar las coordenadas de sus depósitos de armas".

"Es evidente que todo lo que sea avanzar en el camino de la desaparición de ETA es positivo y todo lo que sea entregar las armas es positivo, pero eso no es incompatible con el hecho de que se trate una escenificación", dijo el Ministro.

El anuncio de los verificadores es, para Fernández Díaz, "más de lo mismo"; una "escenificación" y "teatralización" a la que, a su juicio, no se debe contribuir, ya que el final de ETA debe ser "sin concesiones ni cesiones", porque el Estado de Derecho "no está en tregua ni se adapta a esa teatralización".

El lendakari, Iñigo Urkullu, afirmó que la decisión de ETA es "un pequeño paso, no suficiente, que cumple una primera y necesaria etapa para el desarme completo", y destacó que la banda "ha empezado a desarmarse de manera unilateral e incondicional".

En la misma línea, el secretario general del PSE, Patxi López, dijo que el anuncio es "un gesto que va en la buena dirección, pero un gesto pequeño e insuficiente". "Lo que exigimos y esperamos de la organización terrorista es que entregue la totalidad de sus armas y se disuelva".

De igual manera, el coordinador federal de IU, Cayo Laro, advirtió a ETA de que su desarme no puede ser "una entrega por fascículos" de manera "limitada" e instó a la banda armada a disolverse.

Gorka Maneiro, de UPyD, vio en el anuncio simplemente una "farsa" y un "circo mediático".

Por el contrario, el dirigente de EH Bildu Pernando Barrena aseguró que si el Gobierno tiene "interés" en que el "desarme (de ETA) sea efectivo, lo que debe hacer es habilitar los medios y los modos" para ello y recalcó que "la pelota está definitivamente en manos del Gobierno español".