Camino de las urnas

PSOE y PP abren la campaña del 23J agitando el voto contra Vox y contra el "sanchismo"

Pero por primera vez en España, donde lo que cuentan son las mayorías parlamentarias, el ganador de las elecciones puede que no sea el próximo inquilino de la Moncloa

Comienza la campaña del 23J con los futuros pactos de PP y PSOE como asunto electoral decisivo.

Agencia ATLAS

Pilar Santos

España vuelve a estar oficialmente de campaña electoral. No han pasado ni dos meses desde que los políticos se echaron a la carretera (y a los platós de televisión) para las elecciones municipales y autonómicas de mayo y ahora vuelven al ataque para las generales del 23 de julio. El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, sale a revalidar un puesto en un ambiente de cambio de ciclo que beneficia al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo primero en todas las encuestas, incluso en la del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).

Pero por primera vez en España, donde lo que cuentan son las mayorías parlamentarias, el ganador de las elecciones puede que no sea el próximo inquilino de la Moncloa. La clave estará en las sumas: Sánchez con Yolanda Díaz (Sumar) y el resto de socios parlamentarios de esta legislatura (nacionalistas e independentistas) o Feijóo con la ultraderecha de Vox. Y, si esas alianzas no obtienen una mayoría clara, España puede asomarse a un escenario de bloqueo. Otra vez. Sería la tercera ocasión en ocho años: hubo que repetir las generales de 2015 y 2016.

Para los que siguen la política día a día, todas las campañas tienen algo especial. Esta se recordará por las entrevistas de Sánchez con medios que había evitado durante años y también por el acercamiento del PP de Feijóo a la ultraderecha de Vox. Tras los comicios de mayo, los populares han pactado con la formación de Santiago Abascalen más de un centenar de ayuntamientos y les han dado entrada en dos gobiernos autonómicos: Extremadura y Comunidad Valenciana. Además, Feijóo ha admitido esta semana que vería normal incluir a miembros de Vox en un hipotético Ejecutivo que él presidiera si el ‘sí’ de los diputados ultras fuera necesario para su investidura.

Ese acercamiento entre Feijóo y Abascal ha dado oxígeno al PSOE y a Sumar, que proponen reeditar la coalición de izquierdas y defienden estos cuatro años juntos. Aseguran que los españoles se tienen que rebelar contra “el proceso reaccionario” de un posible Gobierno PP-Vox. 

Las personas elegidas por los ultras estos días en las instituciones que van a compartir con los populares (antiabortistas, un torero, racistas...) han ayudado a las izquierdas en sus estrategias. En el cuartel general socialista creen que “hay partido”. Necesitan, afirman, movilizar a más de tres millones de votantes para “evitar la alianza PP-Vox y que España tenga a Abascal de vicepresidente”.

Las provincias pequeñas

En la sede de los populares, en cambio, consideran que el votante de centro y de centro-izquierda está “avergonzado” por el "sanchismo", representado por los indultos, la reforma de la malversación, los pactos con EH Bildu y los errores de la ley del ‘sí es sí’, y se quedará en casa “o irá a votar al caballo ganador”, que es Feijóo según las encuestas. Los conservadores esperan arrasar en las dos Castillas y Galicia, tres autonomías en las que la mayoría de las provincias reparten tres o cuatro diputados (por el tamaño de la población) y se convierten en un granero de escaños para los dos grandes partidos y resutan imposibles muchas veces para la tercera fuerza (Vox o Sumar).

Las aptitudes de Abascal

Feijóo estos días está marcando una distinción interesante dentro de Vox. Ha repetido en varios foros que Abascal, gracias a que fue militante del PP casi 20 años, concreta, tiene “vocación de interés general” y "cultura orgánica". Otras fuentes oficiales del PP añaden que el líder de Vox no se parece en nada a Kiko Méndez Monasterio, su negociador en los gobiernos autonómicos, ni con el portavoz, Jorge Buxadé. 

El partido de ultraderecha ha dejado claro que es su momento y quiere gobernar. Lo ha demostrado en la Comunidad Valenciana (una vicepresidencia y dos consejerías), Extremadura (María Guardiola tuvo que rectificar totalmente su discurso y concederles una consejería) y en Murcia (donde no han facilitado la investidura a Fernando López Miras pese a que está solo a dos diputados de la mayoría absoluta). Feijóo puede esperar algo parecido.

Las encuestas dan malos resultados a Vox, pero normalmente (salvo en las últimas andaluzas) es un partido que crece durante la campaña, algo que también espera hacer Díaz con Sumar. La ahora vicepresidenta del Gobierno se enfrenta a varios retos a la vez: lanzar un proyecto nuevo, intentar convencer a los 300.000 votantes de Podemos que han detectado que sienten rechazo por Sumar y hacerse un hueco en la campaña criticando a su contrincante en la izquierda, el PSOE, a la vez que defiende su labor en el Gobierno de coalición.

La campaña tendrá un hito clave: el lunes será el cara a cara Sánchez-Feijóo, el equivalente a una Champions para los amantes de la política. Los que disfruten con estas cosas tienen un julio animado. Aunque agosto tampoco se presenta mal si el resultado es ajustado.

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