El futuro del Gobierno

Sánchez se aferra a la economía y los avances sociales ante la triple tormenta: amnistía, Galicia y Ábalos

El PSOE ha sufrido dos importantes reveses a los que se suma la polémica por el 'caso Koldo'

Pedro Sánchez, el pasado martes.

Pedro Sánchez, el pasado martes. / José Luis Roca

Juan Ruiz Sierra

El Gobierno confiaba hace menos de un mes en tener a estas alturas la amnistía aprobada en el Congreso de los Diputados. También, aunque con menor certeza, en un resultado en Galicia que permitiera al PSOE entrar en la Xunta como socio minoritario junto al BNG, echando al PP del poder en la comunidad y empujando a Alberto Núñez Feijóohacia la dimisión. Nada de eso se ha cumplido.  

La medida de gracia continúa estancada ante los recelos de Junts, que votó en contra de la ley a finales de enero, y el número de cargos socialistas que alertan de que la iniciativa podría no salir adelante (la fecha límite es el 7 de marzo) aumenta cada día. Las elecciones gallegas del pasado domingo volvieron a mostrar la hegemonía del PP en una comunidad que gobierna desde 2009, con el PSOE alcanzando su peor resultado histórico y la figura de Feijóo haciéndose más grande. La coyuntura ya era de por sí muy delicada cuando a mediados de semana trascendió el primer caso de corrupción importante que afecta al Gobierno de Sánchez. Koldo García, hombre para todo del exmininistro José Luis Ábalos (chófer, guardaespaldas, asesor, consejero de Renfe), fue detenido, y puesto en libertad al día siguiente con la prohibición de salir de España, por el presunto cobro de comisiones en la compra de mascarillas durante los peores meses de la pandemia de coronavirus.

Sánchez pasa ahora por una de sus horas más críticas. La debilidad electoral del PSOE resulta innegable: a la debacle territorial de las elecciones autonómicas y municipales del pasado 28 de mayo, en las que los socialistas se despidieron del poder en seis comunidades y 15 capitales de provincia, se suma ahora la debacle gallega, un escenario que solo se ve amortiguado por el hecho de que Sánchez, después de que el PP y Vox no lograran alcanzar la mayoría en las generales de julio, continúa en la Moncloa. Pero la legislatura puede tambalearse hasta hacerse ingobernable si no se aprueba la amnistía, la piedra sobre la que el líder socialista construyó su investidura, porque sin la colaboración de los siete diputados de Junts no hay iniciativa, empezando por los Presupuestos, que salga adelante en el Congreso.

Lo que más preocupa ahora mismo en la Moncloa, con diferencia, es el escándalo que salpica al exministro de Transportes

El daño electoral de la corrupción

Aun así, lo que más preocupa ahora mismo en la Moncloa es el escándalo que salpica a Ábalos, hasta el momento solo de manera indirecta. Sánchez se puso al frente del Ejecutivo gracias a una moción de censura a Mariano Rajoy motivada por la sentencia de la Gürtel. Fue negociada y presentada, precisamente, por el extitular de Transportes y exsecretario de Organización del PSOE. La regeneración política es el germen de la trayectoria como gobernante del líder socialista. Varios altos cargos del partido se muestran sumamente inquietos ante las consecuencias del ‘caso Koldo’, que será largo y complejo, con varios ministerios y autonomías implicados. La corrupción, dicen, penaliza mucho más a los socialistas que a los populares. Y todavía más en un contexto de elecciones a la vuelta de la esquina, con las vascas el 21 de abril y las europeas el 9 de junio. Ninguno de estos comicios pinta bien para el PSOE.  

José Luis Ábalos y Koldo García Izaguirre.

José Luis Ábalos y Koldo García Izaguirre. / EFE

Pero Sánchez, señalan en su entorno, “sabe lo que tiene que hacer”. Por lo pronto, dentro de una trayectoria tan arriesgada como la suya, agarrarse a su comprobado espíritu de resistencia, dejando claro que no piensa cambiar el rumbo del Gobierno (lo dijo él mismo durante una charla informal con periodistas en el avión que le llevó el miércoles a Rabat) e intentando resaltar los buenos datos económicos y los avances sociales frente a la triple tormenta. “Eso es lo importante”, añaden en su entorno.

El presidente del Gobierno no tiene ninguna duda de que pactará con Junts la medida de gracia y reduce el impacto nacional de las recientes elecciones

El jefe del Ejecutivo está convencido de que habrá pacto con Junts, que reclama un mayor blindaje para Carles Puigdemont, y la amnistía saldrá adelante. No todos en el partido piensan lo mismo, pero es Sánchez "quien tiene toda la información", explican en la Moncloa, así que “su pronóstico tiene mucho más valor que el de otros”. Al mismo tiempo, desdramatiza los resultados en Galicia, porque el PSOE ya estaba allí por detrás del PP y el BNG antes de la reciente cita con las urnas, que no tienen, explicó él mismo, “una lectura nacional”.

El cambio de discurso

Con la investigación que afecta a Ábalos, en cambio, está empezando a moverse. Sánchez asegura que el ‘caso Koldo’ no estuvo detrás del fulminante relevo del exministro en el verano de 2021, sino que este se produjo dentro de una remodelación más amplia del Ejecutivo (también salieron su jefe de gabinete, Iván Redondo, y la vicepresidenta primera, Carmen Calvo), que tuvo que ver con la "necesidad de tomar impulso" tras el “desgaste” sufrido durante la emergencia sanitaria del covid. Pero si en un primer momento evitó señalar la puerta de salida al exministro, el discurso cambió al poco tiempo, al conocerse, por ejemplo, que la trama corrupta ganó más de 16,5 millones de euros en contratos del Ministerio de Transportes. 

“Yo sé lo que yo haría”, dijo el viernes la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, empujando a Ábalos a renunciar a su escaño, en un mensaje bendecido por Sánchez. Al exministro, coinciden varios altos cargos socialistas, no le queda “más remedio” que dejar el Congreso. Aunque no esté implicado en el caso, sí es responsable desde el punto de vista político, al ser él quien “nombró a Koldo García y lo llevó a todas partes”. Pero pocos creen que la marcha de Ábalos sea suficiente para atajar este escándalo.

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