Programa electoral

Feijóo impulsa ante sus socios europeos las exigencias del campo para las elecciones de junio

El PP apuesta por flexibilizar los ritmos del pacto verde para dar salida a las protestas agrarias y evitar que la extrema derecha se haga con esa bandera. En Génova aseguran que los postulados de los países del sur ganan terreno frente a los del norte

Alberto Núñez Feijóo junto a Esteban González Pons y Dolors Montserrat en la reunión del PPE Róterdam.

Alberto Núñez Feijóo junto a Esteban González Pons y Dolors Montserrat en la reunión del PPE Róterdam. / EFE

Paloma Esteban

El PP europeo se reúne esta semana en Bucarest (Rumanía) para preparar las líneas maestras del programa de las elecciones del próximo junio, una cita clave para todo el continente. El encuentro servirá también para entronizar a Ursula von der Leyen como candidata conservadora, una vez más, a la presidencia de la Comisión Europea. Todo apunta a que los populares serán de nuevo la primera fuerza política, y los de Alberto Núñez Feijóo aspiran a tener mucho peso, solo por detrás de la delegación alemana. Las expectativas de crecimiento son altas.

Que la situación del campo copará buena parte de la campaña europea es ya una evidencia. El PP español, según explican fuentes conocedoras de las conversaciones, ha peleado mucho por incluir demandas de los agricultores en el programa marco (el que comparten todos los países) y que después cada uno desarrollará. En Génova creen que es un momento de defender el mundo rural y que los partidos a su derecha, como es Vox, no se hagan con ese espacio. Además, el PP dará prioridad a la recuperación de la caza del lobo para garantizar su coexistencia con la ganadería, que tiene especial afectación al norte del Duero en España. En cuanto a las peticiones del mundo agrícola, además de reducir una burocracia que consideran imposible, el PP también incluirá los requisitos fitosanitarios para todos los países que no son UE.

Fuentes populares aseguran que se han conseguido inclinar la balanza -siempre difícil, por los equilibrios de los distintos Estados- hacia los postulados de los países del sur, y no del norte, convencidos de que la agenda verde no puede imponer ritmos y objetivos que “se lleven por delante” el campo. Génova admite que su posición será endurecer parte del discurso -alejándose de Vox que directamente reclaman el fin de la Agenda 2030 y los grandes compromisos verdes- pero cargando contra el “ecologismo radical” que ven en el Gobierno de Pedro Sánchez y en otros postulados europeos.

Las protestas y las tractoradas que llevan semanas paralizando carreteras y ciudades de media Europa han surtido ya su efecto. De ahí que la Comisión Europea haya tomado decisiones en contra de objetivos clave como la reducción del 50% del uso de los pesticidas químicos con Von der Leyen admitiendo que había que apostar por “otro enfoque” porque la ley era un símbolo de la “polarización”. 

La realidad es que dentro del propio PP europeo hay debate y distintas visiones. Y la que encabeza Feijóo es partidaria de atender más las exigencias de los agricultores y permitir un calendario que no sea tan duro. A debate también están los coches diésel y gasolina, cuya prohibición se pretende dentro de una década y hay voces populares que lo ven excesivo.

Elecciones clave para Feijóo

Las elecciones europeas de junio pueden cambiar muchas cosas en todo el continente, pero la lectura nacional se volverá a abrir paso en España. Después de la victoria de las gallegas -las vascas tendrán lugar el 21 de abril- la gran cita electoral está marcada para principios de junio. Feijóo volverá a plantear este envite como un tú a tú contra Sánchez, ahora que además el PP ve al PSOE en una situación de extrema debilidad.

Los socialistas sufrieron un batacazo absoluto en Galicia y el desgaste por la ley de amnistía -que sí puede tener efectos en las elecciones europeas, un terreno donde este debate y su derivada de la trama rusa que afecta a Carles Puigdemont, tiene presencia- se amplía ahora por la trama de corrupción de las mascarillas durante la pandemia conocido comocaso Koldo. Las consecuencias políticas son fuertes: José Luis Ábalos, que lo fue todo dentro del partido y una pieza clave para Pedro Sánchez, se ha ido al Grupo Mixto al negarse a dejar el escaño. El partido está roto. La expresidenta de Baleares, Francina Armengol, hoy presidenta del Congreso, soporta una fuerte presión por parte de la oposición en estos momentos.

Y, sobre todo, el hecho de que fondos europeos se utilizaran para contratos con la empresa de las mordidas, garantiza que también se hablará de ello en Europa. En este contexto, el PP aspira prácticamente a duplicar su resultado de 2019 (cuando obtuvo 12 escaños en un resultado bastante malo), mientras que el PSOE podría sufrir una caída importante.

Feijóo cuenta con que esas expectativas, y el peso que ya tiene la delegación española en la familia conservadora, le aúpe frente a sus socios. De hecho, en Génova cuentan con que se visualice que el PP de España lleva la voz cantante en algunos asuntos. El agrario es una pieza fundamental, como también lo serán los patos de Sánchez con los independentistas.