José Manuel Fernández, Guti actuó por primera vez a la gaita en La Argañosa, en Oviedo, en 1979. Al tambor estaba Manuel Cordera, “Churrina”. Han pasado más de cuatro décadas y Guti sigue tocando cientos de melodías que ahora ha plasmado en un libro, “A baillar. Partituras de gaita y tambor p’acompañar el baille”. Es un recorrido vital pero también una tabla de salvación para los gaiteros del siglo XXI. En todos estos años Guti se ha encontrado tocando composiciones de las que no existía ninguna partitura, se habían trasmitido de oído y nadie se había parado a reproducirlas sobre un pentagrama. En su experiencia docente el gaitero ovetense ha vivido en muchas ocasiones como los alumnos le pedían partituras de tal o cual canción. Él improvisaba y las escribía sobre la marcha, pero con el tiempo llegaba otro alumno que le pedía lo mismo.

Ahora ya tienen un manual de todo eso que no estaba escrito, un total de 112 partituras que para Guti “son un salvavidas porque ahora cualquier gaitero puede tocar cualquier canción sin tener que tirar de oreja”. Además, apuntó, “los gaiteros de ahora tienen estudios y todos saben leer partituras”. 

El libro “no es un trabajo etnográfico sino una vida con la gaita al hombro”, afirmó Guti. Ahí están las jotas, saltones, habaneras o muñeiras que han sonado en todas las romerías asturianas pero también una representación de polcas, pasodobles, rumbas o vals que también se han bailado en muchas fiestas de prao amenizadas por la gaita y el tambor.

El gaitero subrayó también la importancia de la cultura asturiana y la música tradicional, “un importante sector económico que puede generar puestos de trabajo y riqueza” por lo que reclamó “un espacio dentro de la economía asturiana”.

Enlazaba así con lo que había apuntado José Manuel Ferreira, presidente de la Cámara de Comercio de Oviedo, donde se presentó el libro este martes.

Ferreira aportó datos prepandémicos sobre la industria cultural para insistir en que “la industria cultural es uno de los sectores de futuro y con un gran recorrido de crecimiento en Asturias”. Así detalló que de los 303.843 asalariados que había en Asturias a 31 de diciembre de 2019, 3.703 personas pertenecían al sector cultural. De los 75.000 autónomos asturianos, 2.371 pertenecían a la industria cultural, con lo que el sector tenía en Asturias en esa fecha un total de 6.074 trabajadores, lo que supone un 1,60 por ciento de todos los trabajadores asturianos. En cuanto a la actividad económica el presidente de la entidad cameral aportó datos de SADEI que señalan que la actividad cultural generó en ese 2019 un total de 230 millones de euros de valor añadidlo, un 1,15 por ciento del total. 

“Los datos demuestran la importancia del sector y que hay un importante recorrido para incrementar esas cifra”, dijo. 

El libro de Guti es una constatación de esa unión entre lo económico y lo cultural, la dejó también clara José Ángel Llaneza, presidente de la Asociación de Maestros de Música Tradicional Asturiana, pero recalcó que en otras comunidades autónomas esos 3.000 trabajadores de la cultura que hay en Asturias se dedican exclusivamente a la cultura tradicional. “Llevo años defendiendo las muchas posibilidades que tiene la cultura tradicional asturiana y utilizando bien los medios seríamos capaces de generar bastante riqueza”, concluyó.