J. M. CEINOS

«Éste es un libro que despierta una intensa emoción y no se puede vivir sin pasión y sin emoción», dijo anoche el presidente del Gobierno de Asturias, el gijonés, del barrio de La Arena, Vicente Álvarez Areces, en la presentación del libro «Gijón. Tres siglos de historia en fotografías. 1850-2006», primero de los cuatro tomos con los que el entusiasta gijonés Juan Martín Merino, Juanele (calle del Príncipe, 1931), quiere rescatar una parte importante de la historia gráfica de la villa y puerto de Gijón.

En un acto entrañable, celebrado en la sala Ámbito Cultural de El Corte Inglés, Álvarez Areces, autor del prólogo del libro, en el que aparecen fotografías suyas de niño y de su madre, recordó, por una parte, las transformaciones que experimentó Gijón, sobre todo, dijo, en los últimos veinte años del siglo XX, y por otro, sus propios recuerdos en La Arena, el cine de Los Campos, «donde se iba a soñar en los años de la fame», la playa de San Lorenzo o la vieja estación del Ferrocarril de Langreo, «donde tantes compuestines tomamos», recordó el presidente regional hablando ya en gijonés.

«Ésta es una ciudad que asombra; pegó un salto extraordinario, pero sin memoria los jóvenes pueden creer que todo se hizo por generación espontánea, cuando se debe al esfuerzo colectivo», concluyó el jefe del Ejecutivo asturiano, quien, dirigiéndose a Juanele, dijo: «Es un libro que te van a quitar de las manos».

Junto a Vicente Álvarez Areces y Juanele participaron en la presentación Orlando Moratinos, secretario de la Fundación Foro Jovellanos del Principado de Asturias, y Julio Puente, director de LA NUEVA ESPAÑA de Gijón.

Moratinos, que abrió el turno de intervenciones, definió a Juanele como «un amigo leal» dotado de «una magnífica memoria», también buscó en sus recuerdos, cuando vivía en el barrio de El Llano, para afirmar que el viejo Gijón de las fotografías del libro de Juanele está muy bien precisamente ahí, en un libro, dado que aquél Gijón «daba asco, olía a mugre, lleno de charcos y con los humos de las fábricas rodeando las casas». No obstante, Moratinos afirmó que el libro de Juanele «gustará a nuestros padres y abuelos».

Julio Puente, por su parte, destacó que «presentar a Juan Martín Merino es tarea inútil», ya que «es uno de esos personajes ciudadanos a quien todo el mundo conoce». Y respecto al libro, el periodista argumentó que «son doscientas cincuenta y cinco páginas en las que, con una impresionante capacidad de síntesis, nos pone ante los ojos cómo era esta ciudad y cómo es ahora».