Manuel Pastor también habló de vivienda libre. Entonces, dejó Roces y se fue hacia los terrenos del plan de las vías. Ayer, aprovechando la asamblea anual de Asprocon, hizo un llamamiento a todas las empresas asociadas «con el objeto de intentar una agrupación con capacidad suficiente para poder optar al concurso mediante el cual se adjudique el suelo edificable» en la zona.

«Lo bueno es que convivan ambos mercados con sus características propias», sostuvo. «La vivienda libre es un bien de inversión que mantiene su precio. La protegida resolverá el problema de acceso a la vivienda y, como tiene el precio limitado por ley, permitirá que el precio medio se reduzca», puntualizó Pastor, que también quiso dejar claro: «En el nuevo mercado de viviendas de protección no sólo existe demanda, es decir los compradores, sino que también es necesario nuestro sector como agente promotor».

Y como agentes promotores, los miembros de Asprocon pretenden crear «con la mayor celeridad posible» canales de diálogo con el Principado para «clarificar de manera suficiente todas las cuestiones de interpretación jurídica y de diseño, tramitación y comercialización» que puedan generar «dudas interpretativas». Salía así al paso de las críticas vertidas por un grupo de personas que vieron frustrado su intento de adquirir un piso de protección autonómica en una promoción de Montevil. Incluso hubo quienes estuvieron esperando desde la madrugada a que abriese la oficina de venta.

Esta escena, que algunos definieron como de «República bananera», ha abierto el debate sobre la necesidad de que la Administración ejerza un mayor control sobre este tipo de viviendas. En el caso de la protección autonómica, el Gobierno regional marca el precio, pero no interviene en el proceso de comercialización, que se deja en manos de las empresas promotoras. Asprocon planteaba ayer la posibilidad de firmar un convenio con el Ayuntamiento para que los constructores recurran a la lista de espera de la Empresa Municipal de Vivienda -con unos 7.000 solicitantes- a la hora de sacar a la venta sus viviendas de protección autonómica.

El director general de Vivienda, presente en el acto, se comprometió a coordinar los intereses del sector con los de los posibles compradores y crear «protocolos que favorezcan la relación con la Administración». Y añadió: «Hay que trabajar para publicitar más» las promociones en régimen autonómico. La falta de publicidad, a la que no están obligadas las constructoras, es precisamente uno de los principales motivos de crítica, al considerar que «que se está subvencionando a los amigos de, que son los que saben dónde se vende» esta modalidad de vivienda protegida.

«Lo importante es que haya este tipo de viviendas en el mercado. Y, además, haremos lo posible para que todos los ciudadanos sepan lo que se está haciendo y lo que se va a hacer», señaló Enrique Álvarez. El responsable regional de Vivienda hizo estas declaraciones después de analizar la etapa de incertidumbre que atraviesa la construcción, coincidiendo con Pastor en que «hay un sector fuerte, con experiencia y capacidad». Fortaleza que extendió a «nuestro» sistema financiero y normativo. De manera que «estamos en mejores condiciones que otros modelos de Europa, si bien nos afectan las contingencias globales». Y añadió: «Esta etapa debe llevarnos a la reflexión, no al precipicio».

Enrique Álvarez asistió al acto de Asprocon acompañado por el director general de Urbanismo, Guillermo Morales. La representación municipal estuvo encabezada por Pedro Sanjurjo. La patronal y los portavoces de Principado y Ayuntamiento hicieron balance delante de decenas de empresarios y profesionales del sector. No faltaron ni sindicatos ni la Confederación Asturiana de la Construcción, con su presidente Serafín Abilio Martínez.