R. V.

El Ayuntamiento de Gijón como único accionista de Emtusa tiene que asumir su desfase entre gastos e ingresos. Pérdidas le llaman unos y aportaciones, otros. El ejercicio del año pasado se cerró con unas pérdidas contables de 9.651.496,53 euros. Ello supone una mejora del resultado económico en 126.850 euros con respecto al año anterior y en 228.503 euros sobre lo presupuestado para ese 2011. La dirección de la empresa considera que esa mejora se debe a «la recuperación de viajeros junto con una decisiva política de contención del gasto». El presupuesto que la empresa tiene para este año ha rebajado esa compensación municipal al presupuestar unas «pérdidas» de 9.528.300 euros. En cualquiera caso, y teniendo en cuenta que la empresa oferta un servicio público donde el 78% de los viajeros gozan de algún tipo de bonificación, resulta impensable pensar en una Emtusa que dé beneficios por la venta de billetes para sus viajes.

Pero a la hora de hablar de euros, la gran obsesión del nuevo equipo gestor de Emtusa está en el capítulo de arrendamientos financieros. El caballo de batalla de Martín-Angulo ha sido intentar cambiar el contrato que les une a la empresa Jesús Martínez Álvarez Construcciones por las nuevas cocheras de la firma en Tremañes durante tres décadas. La constructora asumió el coste de las cocheras, que pasarán a ser propiedad de Emtusa tras el pago de un alquiler anual durante treinta años. El importe estipulado del pago fue de 1.777.071 euros dividido en tres conceptos: 1.348.231 euros por el alquiler del edificio, 213.880 euros por su limpieza y 214.960 por el mantenimiento. Pero la gerencia entiende que con la actualización anual del IPC se acabarán pagando 84 millones de euros por una sede con precio de construcción de 17 millones. Emtusa ha encargado un informe jurídico para analizar las posibilidades de anular en los tribunales este contrato tras no alcanzarse un pacto con la constructora.