No es una desconocida en Asturias. Más bien al contrario: la artista sevillana Inma Fierro ganó en el año 2013 el premio "Art Nalón". La pintora, licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Barcelona (amplió estudios en Berlín y Florencia), vuelve a una tierra hacia la que siente unida. Inaugura hoy en la galería Viki Blanco (20,00 horas) la exposición "Teoría del (des) apego", donde muestra sus últimos cuadros.
-¿Qué puede encontrar el espectador en "Teoría del (des) apego"?
-Encontramos conceptos que hablan del amor y de la forma de querer. Hay que querer, pero hay que querer bien.
-En la exposición hay un tema más o menos recurrente, que es el de la memoria familiar, o mejor aún, el de su relación con la memoria familiar?
-Hay un trabajo de autoanálisis y de ver mi relación con los demás. He buscado en el álbum familiar, desde retratos hasta cartas. Todo eso está tratado a partir de un color azul verdoso, que funciona como el inconsciente, que todo lo tapa.
-¿Qué clave tiene en su pintura ese color al que acaba de hacer referencia, presente en casi todos los cuadros?
-Antes de empezar esta serie, me propuse trabajar el azul porque considero que es difícil, frente a otros colores como el rojo o el negro. Es sutil y, en este caso, llegó después de casi todo un año. Trabajo mucho las emociones. Estuve durante un tiempo por la costa de Portugal, pescando y tal, y fue así como llegó este color.
-¿Lo primero que surgió de esta exposición fueron los cuadros de gran tamaño?
-Así es, cinco obras mayores, sólo que para esta muestra sólo he traído tres piezas.
-Llama la atención el uso del "collage" como técnica y la inclusión de la palabra, de textos?
-El texto viene ya de una serie anterior. En ese autoanálisis del que hablábamos, además de pintar, tiene importancia la escritura, porque también escribo poesía, cuentos? Quise que las palabras formaran parte también de estos cuadros. Mi pintura es algo personal: soy yo al desnudo, así que la incorporación de la palabra está perfectamente justificada.
-Antes hablábamos de las claves temáticas de su obra. Me gustaría que explicara, asimismo, su planteamiento plástico?
-Con el tiempo he ido avanzando hacia la descomposición de la figura. Creo que, si comparamos esta exposición con obra anterior mía, sí creo que hay una evolución plástica. Y, además, una intensificación de mi relación con el material y los soportes: la tela, la madera, el papel... He intentado incorporarlo todo. Para mí, el papel ha sido siempre muy importante. La madera me gusta mucho y quisiera, más adelante, esculpir con ella. También he estado trabajando más las texturas.
-Hay en su obra como un intento de romper con algunos restos figurativos para centrarse más en el color y la mancha.
-Cierto. Creo que mi pintura camina, desde el año 2010, hacia la abstracción. Pero influyen muchas cosas, incluido el lugar donde trabajas. Me ha pasado que, después de regresar a Sevilla, donde llevo dos años, he recuperado esos aspectos figurativos. Mi preocupación principal es el color y la mancha, las gamas cromáticas.
-Ganó el "Art Nalón" en el año 2013. Hay una relación mantenida con Asturias?
-Sí, el "Art Nalón" ha sido muy importante para mí. Y estuve seis o siete meses cuidando a una persona enferma
-¿Y qué está pintando en la actualidad?
-Sigo con el autoanálisis, pero ahora quiero incorporar un personaje: el minotauro. Me interesa otra visión, que tiene que ver con la de Borges, en la que estamos ante un ser solitario en su laberinto y no ante el maligno que nos ha presentado la mitología. Quiero hablar de esa parte de sufrimiento que hay en toda creación artística.
-¿Es una artista que sufre?
-Sufro, pero me lo paso asimismo muy bien. Para pintar hay que pasárselo bien.
