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SANTIAGO RONCAGLIOLO | Escritor partícipe en el reportaje "Testigos del olvido"

"El miedo es un tema que me importa para escribir porque yo crecí con miedo"

"Ver el mundo desde zonas en crisis como Níger te enseña mucho del ser humano"

Santiago Roncagliolo posa en el Revillagigedo con una de las fotografías de Colombia. juan plaza

El escritor, periodista y guionista peruano, Santiago Roncagliolo dedica su tiempo a contar historias desde hace diez años. Comenzó en la literatura infantil para posteriormente escribir novelas como "Pena máxima" o "Abril Rojo". Desde el año 2000 reside en España y en julio del año pasado viajó a un distrito rural de Níger para narrar el primer capítulo del segundo reportaje de "Testigos del Olvido". Allí descubrió el relato de Oumarou M. Rabe, predicador musulmán y "pequeño escritor", como el propio Roncagliolo lo define.

-¿Desde cuándo tuvo claro que quería ser escritor?

-Desde siempre, pero lo veía imposible. Si eras peruano a principios de los años 90 parecía que para ser escritor había que escribir 700 páginas y ser candidato a presidente. Por eso quizás siempre me sentí más cercano a la cultura popular.

-¿Por qué en sus novelas utiliza el humor negro?

-Donde yo crecí el humor negro era la defensa contra la realidad. No puedes cambiar la situación, pero te puedes reír de ella.

-¿Por qué escribe sobre el miedo en sus novelas?

-Mi infancia fue horrorosa. Había apagones, bombas, muertos por la calle, toques de queda. Dabas por sentado que podías morir en cualquier momento, por eso en mis obras hablo sobre el miedo. Es un tema que me importa porque yo crecí con miedo.

-¿Cuál ha sido el momento en el que más miedo ha pasado?

-Cuando le pregunté a Tomasi que si nos iban a secuestrar cuando llegáramos a Níger y él me contestó: "no creo".

-Además de ser escritor es periodista?

-El periodismo me parece tan importante en mi carrera como la ficción. Tengo una trilogía de historias verídicas sobre el siglo XX latinoamericano y varios reportajes. Cuando cuento una historia le doy sentido al mundo que me rodea y a lo mejor el lector durante un momento también le da sentido a su mundo. Si se consigue eso, es algo maravilloso.

-¿Tiene alguna manía al escribir?

-Tengo un estudio donde puedo ser la persona amargada y repugnante que necesito ser para escribir. Necesito un silencio total y cuando vuelvo al mundo real lo cotidiano me molesta. Pero luego salgo al exterior como un ser humano funcional. Y alegre.

-¿Qué le parece personalmente la labor de Médicos sin Fronteras?

-Yo no creo que los héroes sean grandes líderes mundiales, lo más cercano a un héroe que he visto son ellos, que dedican su vida para que las vidas de otros sean mejores.

-¿Qué testimonio le ha impactado más del viaje que realizó a Níger para este proyecto de fotografías y textos para Médicos Sin Fronteras?

-La diferencia de mentalidad entre Europa y esos países. El predicador Oumarou en Níger es un progresista radical pero para nosotros es un conservador. Por ejemplo, decía que casarse con varias mujeres es una manera de protegerlas porque la otra alternativa era que las violaran y quedaran tiradas en una esquina... Por eso, a veces criticamos las cosas desde nuestro punto de vista pero no entendemos el contexto en el que se producen.

-¿Estaría dispuesto volver a una zona de conflicto?

-Por supuesto. Si se me presenta otra oportunidad, aceptaré encantado

-¿Qué le ha aportado el viaje a Níger?

-Yo mido mi interés en los proyectos según lo que aprenda con ellos, y en este aprendí muchísimo. Poder ver el mundo desde ahí te enseña mucho sobre el ser humano.

-¿Tiene algún sueño aún por cumplir?

-He tenido mucha suerte en mi carrera. Soy un privilegiado, lo único que busco es poder contar las historias que me interesan en libertad y eso ya es un sueño hecho realidad.

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