La denuncia de la celebración de carreras ilegales de coches en la carretera del Piles al Infanzón ha obligado a la Policía Local y a la Guardia Civil a poner en marcha un dispositivo especial de vigilancia en la zona. La operación tiene como objetivo identificar y detener a los conductores responsables de esta peligrosa competición, a los que se podría acusar de la comisión de un delito contra la seguridad vial castigado con hasta cinco años de prisión.
Los vecinos de la zona llevan años quejándose de la presencia de coches que pasan frente a sus casas "a gran velocidad", haciendo carreras, como si la calzada fuera el circuito de Montmeló. La gota que colmó el vaso de la paciencia de los afectados se consumó el pasado fin de semana, cuando los participantes en estas carreras pintaron en la carretera la palabra "meta" para indicar el fin de la carrera y otras indicaciones del recorrido que tenían que seguir los participantes en estos "rallies" ilegales. "Se están riendo ya de nosotros en la cara", claman los vecinos.
La persecución de este tipo de conductas no es nueva. La polémica tampoco. El Ayuntamiento lleva desde hace más de una década siguiendo muy de cerca las carreras ilegales de coches de Somió. Desde el área de Seguridad Ciudadana del consistorio aseguraron ayer que "no hay un solo fin de semana al año que no se identifique o sancione a algún conductor por esa zona". Sin embargo estas mismas fuentes municipales admiten que las pintadas aparecidas estos días obligan a ampliar el dispositivo que normalmente vigila la carretera del Piles al Infanzón. "Antes venían sólo por las noches o los fines de semana, e intentaban pasar desapercibidos; ahora les da igual, vienen a competir a cualquier hora, incluso a plena luz del día y con gente paseando por aquí y viendo lo que pasa", relató ayer un vecino de la parroquia que prefiere no desvelar su identidad ante las amenazas que ha recibido por sus quejas en los últimos meses.
Pero el problema no se circunscribe exclusivamente a la zona de Somió. El dispositivo especial de vigilancia que se ha puesto en marcha estos días se extiende también a la carretera AS-248, el vial une Gijón y Pola de Siero y sobre el que tiene competencia la Guardia Civil. Los agentes del destacamento de Tráfico con base en el cuartel de la Benemérita de Contrueces han detectado en los últimos fines de semana la presencia de varios conductores que durante las noches aprovechan el escaso tráfico en la zona para realizar carreras ilegales.
La mayor parte de las actuaciones policiales que se llevan a cabo en las carreteras del concejo para luchar contra los "rallies" ilegales parten de las llamadas de los vecinos que alertan a las autoridades cuando observan a conductores circulando a una velocidad muy superior a la permitida. Los gijoneses que sufren esta suerte de "vandalismo viario" aseguran que en no pocas ocasiones los acusados cuelgan vídeos de las carreras en las redes sociales jactándose de las hazañas conseguidas.
La situación ha llegado a tal punto que algunos vecinos de Somió optan por evitar la carretera que lleva hasta el Infanzón. "Siempre hubo este problema. No hay accidentes todos los días porque mucha gente decide pasar por otro lado para evitar que la atropellen o sufrir un choque con los que participan en las carreras", relató ayer la presidenta de la asociación de vecinos San Julián de Somió, Soledad Lafuente. Para la portavoz vecinal gijonesa el problema va más allá de las carreras ilegales. "Hay conductores que no participan en eso pero aprovechan rectas como la de la discoteca El Jardín para hacer acelerones o derrapes", indicó Lafuente. Poco antes de la "meta" dibujada por los participantes en esta competiciones los propios conductores pintaron hace días en el asfalto -decorado incluso con cuadros blancos y rojos como si de un circuito real se tratara-, un indicativo advirtiendo del lugar en el que se debe derrapar.
Lafuente explica que la asociación San Julián ha enviado varios escritos al Ayuntamiento solicitando al equipo de gobierno que se controlaran estas carreras ilegales. Una petición que ahora parece que ha sido escuchada. Los vecinos esperan que se impongan sanciones ejemplarizantes que sirvan para frenar las carreras ilegales.
