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JUAN CARLOS CASIMIRO | Compositor y profesor, estrenará mañana la obra "Meditación"

" 'Meditación' es un camino intermedio entre los dos polos de la música actual"

"No es una obra que debamos intelectualizar, quiero una experiencia y que los músicos expresen su emoción a través de los instrumentos"

Juan Carlos Casimiro. MARCOS LEÓN

El compositor y profesor Juan Carlos Casimiro, autor de esa obra de referencia que es "Asturias, sinfonía natural", es un caso extraño de vocación encontrada y cumplida. Madrileño de 1961, iba para ingeniero informático cuando le pudo más la pasión por la música, así que hizo estos estudios en tan sólo siete años y sacó plaza en el Conservatorio de Gijón. Es hoy el jefe del departamento de Composición. Reflexivo, concienzudo e inspirado, estrenará mañana (20,00 horas) en la sala "María de Ávila" de Laboral Ciudad de la Cultura su última pieza, "Meditación", donde pone a dialogar durante casi noventa minutos las dos encontradas concepciones de la música contemporánea.

-¿Qué supone "Meditación" en el conjunto de su obra?

-En la música contemporánea hay una especie de oposición entre la disonancia y el concepto de consonancia. Como estoy a caballo entre la composición y la pedagogía, se me ocurrió una reflexión entre esos dos mundos sonoros tan en discusión. Así que "Meditación" es la búsqueda de un camino intermedio entre esos dos polos opuestos. A esa salida, yo le llamo "resonancia" y surge de nuestro querido Manuel de Falla. El resultado es un mundo sonoro novedoso, entre comillas, porque supone también una vuelta a los pitagóricos.

-¿Manuel de Falla es ahí una inspiración?

-Él se planteó una serie de cuestiones armónicas para su música. Las encuentra en París. Y utiliza ciertas resonancias en su música. Yo las empleo de manera distinta, porque Falla las usa en el contexto de la música de Debussy. Bebo de esas fuentes de alguna manera, pero mi experiencia va por otro camino.

-¿Por qué camino?

-No hay una referencia previa. Quienes vayan al estreno de "Meditación" no sabrán decir si es una música impresionista, dodecafonista... La he llamado, como decía antes, "resonancia". No es una música que debamos intelectualizar, sino que hay que experimentarla, vivirla. Quiero una experiencia y que los músicos expresen su emoción a través de los instrumentos para que el público la capte.

-¿Podemos hablar de una ruptura con otra obra suya, "Asturias, sinfonía natural"?

-"Meditación" es una propuesta distinta. No diría que rompo con esa obra, porque a mí no me gusta romper con nada. Todo lo contrario, lo que defiendo es la necesidad de emplear todos los sistemas y la de alejarme de ese extremismo por el que ahora ha de ser todo disonante o consonante.

-O sea, una propuesta de síntesis...

-Sí, de alguna manera es una síntesis. Y, sobre todo, es una vuelta al origen, al mundo de las resonancias naturales, de los sonidos naturales. Cuando vibra, una cuerda tiene una serie de armónicos.

-¿Para cuántos instrumentos es la composición?

-Es para flauta travesera, clarinete y dos pianos. Lo que pretendo es crear una cuadrafonía. Quizás más adelante la composición se pueda tocar con algún medio mayor. La propuesta es que haya como cuatro puntos diferentes de sonido.

-Por lo que sé, se ha compuesto también una coreografía para la ocasión...

-La ha compuesto Nieves (Marina Fernández Álvarez). En "Meditación" hay como seis ambientes diferentes. Lo que ha hecho ella es coreografiar seis expresiones corporales que surgen de la espontaneidad del sonido en ese momento. El asunto es que los espectadores puedan vivir el sonido e interiorizarlo junto con la coreografía; que se desarrolle la capacidad de atención y escucha.

-¿Le hace ilusión que sean profesores del Conservatorio quienes interpreten "Meditación"?

-Es fantástico. Se da una circunstancia curiosa. Y es que dos de los profesores, Jorge López García e Isabel Blanco-Moreno fueron alumnos míos. Compartir este estreno con ellos es muy emocionante. Son todos, además, músicos de altísimo nivel. Es algo que tenemos ahí y que deberíamos poner en valor. Hacen un trabajo fantástico, porque la obra no está basada, digamos, en la agilidad técnica, sino en la emoción. Obliga a despojarse de conceptos previos.

-¿Cómo combina esas dos vocaciones suyas, la de la composición musical y la de la enseñanza?

-Es una cuestión de coherencia. Si no estuviera constantemente reflexionando sobre la composición, no podría dar clases a alumnos de Composición. La manera de hacerlo es componiendo y estrenando. En la docencia hay que buscar que el alumno tenga también ese tipo de experiencia. Ser profesor me obliga a compartir las experiencias que extraigo de mis estrenos. "Meditación", por ejemplo, tiene mucha aplicación educativa: buscar un modelo de trabajo y expresión que aporte algo.

-¿Cuál es el nivel del Conservatorio Profesional de Música y Danza de Gijón?

-El crecimiento último ha sido brutal. Hemos pasado de tener unos cuatrocientos alumnos a casi mil; éramos cuarenta profesores y ahora somos ochenta. Creo que el nivel de calidad es bastante alto.

-¿Ha crecido en los últimos años el interés de los españoles por la música y su enseñanza?

-Sin duda, aunque tampoco es para regodearse. La prueba es la cantidad de orquestas o grupos de cámara que se han ido creando en los últimos tiempos. Todo eso tiene como base lo que se hace en los conservatorios.

-Curiosamente, usted tenía una trayectoria como ingeniero y la abandonó a los veintitantos años para dedicarse a la música. ¿Cómo fue ese proceso?

-Bueno, fue una pasión. Yo estudiaba ingeniería para ser informático, pero con lo que yo me sentía bien era con la música. Así que de una manera un poco alocada, digámoslo así, acabé estudiando música. Tuve la oportunidad de irme a Italia con la guitarra, como quien se arroja al vacío; me despedí de la empresa donde trabajaba, la que hoy es Indra, para dedicarme a la música.

-¿Se arrepiente?

-No, no, en absoluto. Es cierto que, pensándolo ahora, tal vez algunas cosas las podía haber hecho de otra manera, mejor. Lo que importa ahora es seguir trabajando y estudiando. Tengo en marcha algunos proyectos que daremos a conocer en breve. Hay que trabajar duro, y en eso estamos. Lo que puedo decir ahora es que los intérpretes de "Meditación" han hecho un gran trabajo y que estoy muy agradecido al Conservatorio (Profesional de Música de Gijón) y a las entidades que han colaborado para el estreno de "Meditación". Y, ahora, esperar solo a que la gente acuda al concierto y disfrute.

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