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María Luisa Montes Presa | Directora de la oficina principal de Correos de Gijón

"La falta de cartas personales la suplen hoy los bancos con sus informes"

"No colecciono sellos y nunca fui capaz de completar un álbum de nada; tengo poca paciencia, pero me gusta leer: soy una lectora incorregible"

María Luisa Montes, en su despacho de la oficina principal de Correos de Gijón. Juan Plaza

Hoy, 9 de octubre, se celebra el Día Mundial de Correos, un acontecimiento que en nuestro país cobra especial relevancia al coincidir con el trescientos aniversario de la creación de este servicio en España. En 1706 el rey Felipe V dispuso convertir en Renta Real el servicio de Correos, pero habrían de pasar diez años para que la entidad pasara a ser responsabilidad del Estado, dando origen al nacimiento oficial de Correos. En 1756 se nombran los primeros carteros urbanos y en 1762 se instalan los primeros buzones representando la boca de un león. El sello como forma de pago no nace hasta el siglo XIX, y desde entonces la evolución del servicio ha sido continua hasta llegar al día de hoy. De su modernidad nos habla María Luisa Montes, máxima responsable de esta entidad en Gijón. Una mujer muy cordial y acogedora.

-Dígame, ¿usted quién es?

-Nací en Valdesoto, Siero (1958), menor de tres hermanos. Creo que soy una persona comunicativa, pero algo tímida; necesito confianza, en el ambiente desconocido me retraigo. Me considero alegre y positiva. Estoy casada, no tengo hijos, y vivo entre Oviedo, Gijón y Valdesoto.

-¿De pequeña jugaba a los cromos?

-No, nunca. Recuerdo que mis juegos eran solitarios: yo y mis muñecas, sus vestidos; mis dos hermanos eran varones.

-¿Dónde hizo sus estudios?

-El Bachiller en el Instituto de Noreña. La oposición al Cuerpo de Correos era una novedad, decidí prepararla, estudié mucho y luego el examen fue relativamente fácil. Posteriormente me licencié en Derecho, y pude acceder al Cuerpo Superior de Correos.

-¿Tuvo muchos destinos antes de Gijón?

-El primero fue Barcelona, trabajando en ventanilla, luego Belmonte de Miranda de administradora; estábamos sólo un cartero y yo. De ahí pasé a Oviedo, después a Sotrondio, donde permanecí siete años. Hice otras oposiciones al Cuerpo de Gestión y me enviaron a Valladolid. Más tarde fui jefa provincial de Correos en Burgos, tres años, hasta que me pidieron venir provisionalmente a Gijón. Aquí me encontré tan a gusto que solicité la plaza. Llevo 21 años felices, primero como jefa de administración y luego directora.

-¿Le gusta su trabajo?

-Mucho, es ameno y consiste en gestionar todos los servicios, que van más allá del postal.

-¿Qué servicios son ésos?

-La oficina de Gijón siempre ha ido a la vanguardia, como un centro piloto donde se prueban los avances tecnológicos. Al ser una ciudad grande pero manejable, con una estructura de mando muy concentrada, esto garantiza, ante cualquier novedad, el control, la implantación y el seguimiento. Ofrecemos un servicio de cobro de recibos, de tarjetas regalo de diferentes proveedores, de telefonía, de envíos de dinero? Y está en marcha el plan "Homepaq", que al modo del antiguo apartado de correos, permitirá al usuario recoger sus paquetes a la hora que quieran solamente activando un código de barras. El "Citypac" permite recogerlo en lugares públicos, como estaciones, gasolineras o empresas. Y he de decir que Correos ha sido la primera compañía en incorporar mujeres, desde el siglo XIX.

-Así que su evolución ha sido continua?

-Cuando yo me incorporé, en 1978, su sistema era el mismo de principios de siglo, pero a partir de los años ochenta todo cambió, y aún no han cesado las innovaciones. Entre ellas, se introdujo el código postal, que facilita la clasificación automática de la correspondencia, que trabaja a velocidad de vértigo.

-¿Por qué el 9 de octubre es el Día Mundial de Correos?

-Ha sido la fecha, de 1874, en que se creó la Unión Postal Universal, UPU, el organismo que interrelaciona todos los servicios de Correos del mundo.

-El enemigo de correos es Seur, UPS, MRW, etcétera?

-Nosotros tenemos una red de oficinas enorme, de la que no dispone ninguna otra empresa de transportes. Y mucha gente elige Correos por la facilidad de recogida. Ellos tienen más rapidez, pero nosotros estamos posicionándonos ya en las entregas urgentes. Tenemos a disposición del cliente el "Envío 10", que significa que se entregará el paquete antes de las 10 de la mañana. Yo diría más bien que compartimos mercado, nicho de negocio.

-¿Internet es la competencia?

-Al contrario, da trabajo a Correos ya que toda la paquetería que genera la distribuimos nosotros.

-¿Correos es un negocio o un servicio público?

-Tiene subvención estatal, pero los costes que no se cubren se compensan con otros servicios que dan rentabilidad.

-¿Surgen muchas reclamaciones?

- Muy pocas, ya que los servicios registrados pueden seguirse por la página web de Correos.

-¿Usted, colecciona sellos?

- No, tengo poca paciencia. Nuca fui capaz de completar un álbum de nada.

-¿Quién es hoy el coronel, aquél que no tenía quien le escribiera?

-Nadie, ya que la falta de cartas personales la suplen los bancos con sus informes.

-¿El burofax es la amenaza?

-No tiene por qué. Es la justificación fehaciente de un mensaje. Y éste podría estar a punto de litigio, en algunos casos. El burofax se admite en los juicios como prueba.

-¿Se han cumplido sus sueños con este trabajo?

-No, me quedan muchos por vivir.

-¿En qué pierde el tiempo?

-Dispongo de poco; en el que me queda me gusta leer, soy una lectora incorregible. Y me encanta viajar.

-Si un día se pierde...

-Que me busquen deambulando por las callejuelas de El Cairo. Había ido una vez como turista, pero volví un verano para estudiar árabe y me encontré con otra dimensión. Me atrajo el ambiente, la comida, los mercados? su cultura. Es un mundo apasionante.

-Si volviera a empezar?

-Creo que volvería a hacer lo mismo. Yo sólo me arrepiento de aquellas cosas que dejé de hacer.

-¿Qué le parece Gijón?

-Es una ciudad que ha cambiado mucho en los últimos treinta años. En ella se puede encontrar todo aquello que necesitas. Es cómoda y preciosa. Me gusta.

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