Si alguien tuviera que decantarse por un menú que combine a la perfección la mejor gastronomía, a poder ser regional, con la sidra, no cabe duda de que uno de los elementos de este que podría funcionar sería un buen chuletón. La sidra que lo acompaña limpia la boca y elimina la grasa de éste, refrescando al comensal con su acidez. Puestos a elegir, como han hecho los organizadores de unas jornadas gastronómicas que se desarrollarán hasta el día 15 de noviembre en Gijón, sería un "palu" seleccionado de sidra Trabanco.

Que la sidra armoniza bien con casi todos los platos típicos de la región asturiana es de sobra sabido por todos los residentes en el Principado, así como por los visitantes, que no dudan en buscar dónde pedir un culín y casi siempre reclaman que llegue junto con otro manjar que acompañe los estómagos en tiempos de abrigo. Cuatro de las mejores sidrerías de Gijón se han dado cuenta de que el "chuletón" es uno de los platos preferidos de los amantes de la sidra y, tras el éxito de las pasadas Jornadas de las fabes, han elaborado otro menú pensado para los tiempos actuales y con el chuletón y la sidra de Trabanco como elementos principales.

Las sidrerías que ofrecerán estos menús en sus locales desde hoy, jueves, 3 de noviembre, hasta el martes 15 de noviembre, son Los Pomares, Uría, Cabranes y La Pámpana. El excelente menú consta de cecina de buey, mejillón "a mi estilo", chuletón para dos y postre casero. Todo ello regado con dos botellas de sidra Trabanco o vino. El precio, de lo más popular: 48 euros para dos personas.

Destacar que la carne que servirán estos establecimientos está cuidadosamente escogida y cuenta con la garantía de Trasacar, una de las empresas punteras en materia carnívora a nivel nacional, presente en grandes asadores y en lugares donde se mima sobremanera el producto.

Lo ideal para todos los interesados en disfrutar de estos manjares es ir haciendo ya sus reservas porque se prevé que el fin de semana estos cuatro templos de la sidra cuelguen el cartel de completo y que sus parrillas no tengan descanso.

Doce días, cuatro platos, un menú y sidra. Un algoritmo gastronómico que nadie debería perderse. Todo apunta a que serán una jornadas muy exitosas y que reportarán mucho placer, especialmente al ver los chuletones. Salivar es poco.