Han pasado casi tres años y eso hace que, inevitablemente, el suceso se recuerde como algo lejano. A pesar de esa lejanía en el tiempo, Marcos Villanueva, el joven que fue víctima de una agresión homófoba en mayo de 2014 en un bar de la zona de Fomento, celebró ayer la decisión de la Audiencia Provincial de rechazar el recurso interpuesto contra la sentencia que condenaba a tres años de prisión a los dos jóvenes que le agredieron por su condición sexual y que ahora deberán cumplir su castigo en la cárcel. "Hace mucho que pasó todo y la verdad que se ve un tanto lejano, parece increíble todo lo que se puede demorar un juicio y quizá por eso los sentimientos frustrantes y la rabia se van pero al menos se ha hecho justicia", afirmó ayer Villanueva desde su residencia actual en Nueva York.

Aunque muchos de los sentimientos se hayan disipado, Villanueva admite que las secuelas del ataque sufrido "quedan ahí". Y no sólo las consecuencias físicas de las que habló el perito forense, que durante el juicio afirmó que Villanueva sufrirá problemas de mandíbula toda su vida. El denunciante relató que después de que los ahora condenados le propinaran varios puñetazos provocándole lesiones de las que tardó en curar cien días empezó a tener miedo de mostrar su sexualidad en público. Ahora esa etapa está casi superada. "Estoy ansioso por llegar a Asturias y salir a la calle tranquilamente", afirmó Villanueva.

La primera sentencia favorable al denunciante llegó en el mes de julio. Fue entonces cuando el juzgado de lo penal número 1 aplicó en su sentencia condenatoria el agravante de homofobia contra los dos agresores de Villanueva. El abogado de los reos recurrió a la Audiencia Provincial. Este tribunal tampoco les dio la razón. Los magistrados rechazaron el recurso alegando que la prueba en este caso "es tozuda". "No ha quedado acreditado otro motivo que pudiera explicar la agresión por lo que es lógico concluir que ésta se produjo por la tenencia sexual del denunciante", enfatizó la Audiencia.