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Un juez multa a la mujer de un enfermo de alzhéimer y a la residencia de la que escapó

El hombre, que deambuló perdido por Somió, no llevaba pulsera de seguimiento y su esposa niega que la rechazara "porque el centro nunca me la ofreció"

Un juez multa a la mujer de un enfermo de alzhéimer y a la residencia de la que escapó

La vecina del barrio de Moreda María José Sánchez se llevó el susto de su vida hace casi dos años, el 22 de junio de 2015. Ese día envió a su marido, enfermo de alzhéimer, a la residencia de Somió a la que acudía un día a la semana a hacer terapia de recuperación. Se subió al transporte adaptado a las ocho de la mañana, pero regresó a casa de forma imprevista. Pasado el mediodía y acompañado por la Policía Local.

"Creí que me moría del susto", relata aún acongojada la mujer, que se topó en el portal de casa con su marido acompañado por los agentes. "Se había escapado de la residencia después de comer aprovechando que entraba un coche y estuvo dos horas y pico dando tumbos por Somió hasta que una mujer lo encontró desorientado en un día de mucho calor", explica. La mujer llamó a la Policía, que pudo localizar su domicilio gracias a una medalla grabada que lleva al cuello, y "afortunadamente no le pasó nada, pero podía haberle pasado de todo", relata María José.

Con el susto aún en el cuerpo, llamó esa misma tarde a los responsables de la residencia, pero para su sorpresa "no me cogieron el teléfono". Le devolvió la llamada la directora, quien le aseguró que "había sido una distracción y que habían estado buscándolo". Pero María José Sánchez considera que la residencia no cumplió con su deber, porque "era una persona con alzhéimer y podía haberle pasado algo; si en Plaza Real sabían que faltaba deberían haber advertido a la Policía para que los ayudara a buscarlo, porque al final estuvo dos horas perdido", resume con angustia.

Así las cosas, y dado que "en ningún momento los responsables de la residencia se disculparon conmigo", la mujer decidió iniciar un proceso judicial que le ha costado dos años de trámites y numerosos gastos. El juez emitió sentencia el pasado mes de febrero, tras la denuncia de la mujer por el "daño moral" ocasionado por la negligencia en el cuidado de su marido, "cuando se supone que es un centro que está completamente vigilado y en el que se siguen todas las normas de seguridad con los residentes", recalca.

El magistrado ha condenado a la residencia al pago de 120 euros por "conducta negligente del personal en cuanto a su obligación de cuidado y vigilancia del interno". Y además condena a su esposa por haber rechazado una pulsera de seguimiento que supuestamente le ofrecieron en el momento de aceptarlo en la residencia. María José Sánchez asegura que "jamás" le ofrecieron dicho dispositivo, y señala que "de haber sido así, debería haber firmado en algún lado asumiendo esa responsabilidad, pero es que nunca me lo comentaron", afirma tajante. La mujer no sale de su asombro, porque "parece que soy culpable de cuidar a mi marido", y cuando "yo no quería dinero, tan sólo que alguien me pidiera perdón, y tampoco lo he logrado".

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