La Policía Local detuvo el pasado jueves a las 14.40 horas a M.M. G. C., una vecina de Gijón de 27 años, después de una persecución en El Llano con dos coches patrulla y de que se resistiese insistentemente a recibir órdenes de los agentes.

Todo comenzó cuando esta conductora había tenido un accidente de tráfico, de carácter leve, en la avenida de El Llano. Cuando una dotación de la Policía Local llegó al lugar, a requerimiento de la otra parte implicada en el accidente, observaron al vehículo de la posteriormente detenida en doble fila, ocupando un carril de circulación y provocando retenciones de tráfico. La conductora se encontraba fuera del vehículo.

Según informa la Policía Local, los daños por el accidente eran mínimos y los agentes indicaron a las partes que retirasen los vehículos a una zona próxima para cumplimentar un parte amistoso. Sin embargo, la conductora posteriormente detenida se negó a retirar el vehículo, dándose la circunstancia de que además obstaculizaba la salida de un tercer vehículo estacionado correctamente y cuyo conductor esperaba pacientemente a tener la vía expedita.

La mujer insistió en no retirar su vehículo pese a que los agentes le dijeron una y otra vez que su posición era ya irrelevante a efectos policiales. Le informaron también de que de no obedecer las indicaciones se procedería a realizar las denuncias correspondientes. Como persistía en su actitud, los agentes le requieren la documentación personal y del vehículo.

De repente, cuando se subió al vehículo y los policías pensaban que iba a recoger su documentación, inició sorprendentemente su huida. Los agentes salieron en su persecución, a la que se incorporó un segundo vehículo patrulla, consiguiendo darle alcance en el cruce de la avenida de El Llano con la avenida de Gaspar García Laviana, donde había quedado detenida por el semáforo. La conductora intentó maniobrar dando marcha atrás, siendo bloqueada por los dos coches policiales.

Una vez más, los agentes volvieron a intentar dialogar con la conductora, que reaccionó subiendo el volumen de la radio, con las puertas bloqueadas y las ventanillas subidas. Tras continuos requerimientos, la joven bajó la ventanilla de la puerta, momento en que los agentes consiguieron sujetar el cristal y desbloquear la puerta. Como ya era de esperar, ofreció una fuerte resistencia a su detención por desobediencia. Los test de alcoholemia y drogas resultaron negativos.