Con cinco condenas, de las siete que buscaba el fiscal, y unas penas de carcel que suman 36 años. Así se ha saldado, según la sentencia dictada por la sección octava de la Audiencia Provincial de Asturias la conocida como "operación Tortillini" contra un importante grupo dedicado al tráfico de drogas en la ciudad. El juez responsabiliza a los condenados de un delito contra la salud pública relativo a sustancias que causan grave daño, pero quedan absueltos de la acusación de pertenencia a banda criminal. La condena incluye además que deberán hacer frente a dos millones de euros de multa. Otros dos encausados, Judith M. A. y José Luis C. V., quedan libremente absueltos de su acusación como cómplices en los hechos.

De esta forma se pone punto final a una operación que data de noviembre de 2015, cuando agentes de la Guardia Civil comenzaron el operativo de seguimiento a los encausados por su puesta relación con una red de tráfico de estupefacientes en el concejo. A lo largo de los meses la Benemérita pudo probar cómo efectivamente, todos los condenados se dedicaban al tráfico de drogas, unas sustancias que compraban en la Comunidad de Madrid para, posteriormente, venderlas en Gijón.

El transporte de los estupefacientes se hacía por carretera, en vehículos que aunque la investigación apuntaba a que eran especialmente modificados en un taller de León, ese extremo el juez no lo da por probado. Por eso, precisamente, han quedado absueltos dos de los encausados, Judith M. A. y José Luis C. V., para los que se pedía una pena de 4 años de prisión y una multa de 100.000 euros.

"Las pruebas practicadas no permiten disipar una duda más que razonable al respecto. Es cierto que el coche salió del taller de José Luis C. V., y que fue Judith quien se lo vendió a José Ramón (...) pero no está probado que cuando salió el Seat Ibiza de dicho taller ya tuviera hecho el hueco para el transporte de la droga", relata el juez. Además reseña que ese coche estuvo luego "en muchos sitios de Gijón" donde podría haberse modificado también, de no haberlo estado ya antes.

Finalmente, dos de los encausados, José Ramón G. G. y Francisco Javier C. P., deberán afrontar una pena, cada uno, de 8 años de cárcel y 500.000 euros de multa al estimarse el agravante de reincidencia. Por su parte, Ismael S. B. ha sido penado con 6 años de cárcel y 300.000 euros de multa, al entenderse estimatorio el atenuante de drogadicción. Por último, Carlos V. V. y Santiago A. G., han sido condenados, cada uno, a una pena de 7 años de cárcel y 400.000 euros de multa.

En la sentencia se entiende probado que todos los condenados habían "concertado" la llegada de la cocaína a Gijón. Unas sustancias de las que se incautó la Benemérita en las sucesivas detenciones que llevó a cabo, principalmente la de Carlos V. V. en el peaje del Huerna, donde se localizaron más de cinco kilogramos de cocaína. Esta sustancia, junto con las que se encontraron en los domicilios de los acusados en sucesivos registros, se podría haber convertido en más de 80.000 dosis de cocaína en la calle.

En el juicio celebrado en la Sección Octava de la Audiencia Provincial el pasado mes de junio y del que ahora se conoce la sentencia, los acusados habían asegurado que se conocían "de ir al gimnasio y pasear al perro".