Los timos tradicionales no pasan de moda y están vigentes, también en Gijón. En lo que va de año, se han denunciado siete casos de estafa, por los métodos del tocomocho en seis ocasiones, y otro por el timo de la estampita. En todos los casos las víctimas son personas de avanzada edad por lo que la Policía Nacional recomienda precaución.

Las dos últimas denuncias que ya investiga el Grupo de Delincuencia Económica son de esta misma semana. La primera víctima es un hombre de 83 años que fue abordado en la calle Fuente del Real por un individuo, que tenía o simulaba acento gallego y entre 35 y 40 años, que le preguntó por la dirección de una delegación de la ONCE en la que quería comprobar si su décimo estaba premiado. En medio de esa conversación, apareció otro hombre que se ofreció a realizar una llamada de teléfono para verificar la validez del boleto premiado. El cómplice fingió la comprobación e incluso aseguró que el premio era muy elevado por lo que se ofreció a comprarle el cupón conjuntamente con la víctima a razón de 7.000 euros cada uno. El señor timado accedió a ello y retiró el importe de su banco y se lo entregó al falso dueño del cupón premiado. Luego fue requerido por el estafador para que le trajese un bocadillo y una botella de agua momento en que aprovecharon los dos hombres para huir en su coche.

La otra víctima, sorprendida el mismo día 25 de julio pero en la calle Pintor Manuel Medina, se topó con un hombre que dijo tener problemas para cobrar un cupón premiado. El timador prometió a esta mujer, de 76 años, dos boletos premiados a cambio de ayuda y le exigió 6.000 euros como garantía de su buena fe, el mismo importe que a su cómplice en el timo. La señora accedió y fue distraída con el mismo sistema, pidiéndole que fue a un bar a por un bocadillo y una botella de agua.

En ambas denuncias coincide el "modus operandi" que ha permitido relacionar los casos a los agentes que ya tratan de identificar a los posibles autores entre personas especialistas en este tipo de estafa que habitualmente pertenecen a grupos familiares itinerantes. En los siete casos registrados este año en Gijón la descripción de los autores es similar y la puesta en escena casi idéntica: emplean cupones de la ONCE y sus víctimas, personas de avanzada edad. De ahí que la Policía inste a adoptar "mínimas precauciones" para evitar ser víctima de ellos, por ejemplo, "no realizando negocios supuestamente ventajosos con desconocidos, ni entregarles altas cantidades de dinero como aportación a supuestas causas humanitarias ni para participar en inversiones rentables aparentemente". Además recomiendan que denuncien los hechos, conscientes que muchas víctimas no lo hacen por vergüenza.