La Guardia Civil de Gijón ha detenido al empleado de una empresa de distribución, S.M.S., de 31 años, acusado del hurto continuado de más de 229 herramientas mecánicas, valoradas en 18.000 euros, que luego revendía.

Según una nota de prensa de la Comandancia gijonesa, el hombre, vecino de Gijón, fue arrestado por un supuesto autor de un delito grave de hurto continuado, mientras que se pudo recuperar gran parte de la mercancía sustraída.

Las investigaciones se iniciaron el pasado mes de junio, en el transcurso de las gestiones de control de los establecimientos de venta de segunda mano que la Guardia Civil lleva a cabo de manera habitual. La compra por parte de un establecimiento de compra/venta de numerosa herramienta, la cual se encontraba con embalaje original, y por lo tanto completamente nuevo, llamó la atención de los agentes.

Estas herramientas o maquinarias pertenecían a dos marcas muy conocidas en el mercado y utilizadas tanto para la construcción como para bricolaje o incluso jardinería --taladros, sierras de calar, sierras circulares, lijadoras, corta césped y otras--.

Iniciadas las investigaciones se pudo comprobar que la herramienta no figuraba como sustraída ni se trataba de falsificaciones. No obstante, se pudo conocer que, sospechosamente, el número de litigios de no entrega de la mercancía que una de las marcas tenía abiertos en Asturias había ascendido notablemente.

Finalmente se pudo averiguar que el supuesto autor de las sustracciones era el mozo de almacén de la citada empresa de distribución. Asimismo, los destinatarios finales de la herramienta, todos ellos grandes almacenes del Principado, confirmaron la falta de material en los pedidos que recibían semanalmente en sus almacenes.

El arrestado, que tenía las llaves de los almacenes, en momentos en los que se quedaba solo y no era observado por nadie, sustraía la herramienta del interior de las cajas de embalaje que llegaban. Para ello, cortaba la cinta de embalar por uno de sus laterales, sacaba de su interior las herramientas y volvía a pegar la cinta para que en el destino final de la cadena de distribución no se percatasen que había sido manipulada.

Finalmente, el hombre las vendía en varias tiendas de venta de segunda mano, alegando que eran muy baratas porque las obtenía de países del este de Europa. De las 229 unidades sustraídas desde el mes de junio, la Guardia Civil logró recuperar un total de 182.