El informe del Servicio de Prevención y Extinción de Incendios del Ayuntamiento de Gijón, sobre el siniestro en la chatarrería Daniel González Riestra, apunta a una avería en la red de agua como causa de los problemas a los que se enfrentaron los bomberos para sofocar el fuego. Los hidrantes antiincendios que tiene instalados la empresa quedaron sin presión primero y secos después, obligando a los bomberos a desplazarse hasta las instalaciones de ArcelorMittal para cargar agua y, varias horas después del inicio del siniestro, a obtener el agua de la red de la EMA.

El siniestro, que provocó una densa nube de humo sobre la ciudad, comenzó pasadas las cinco de la tarde del cuatro de enero. Hasta el día siguiente no se sofocó el fuego, en una intervención en la que participaron 32 bomberos y nueve autobombas de los bomberos de Gijón, de Asturias y de ArcelorMittal.

El informe elaborado por el servicio de bomberos municipal alude al problema que tuvieron para abastecerse de agua. Respecto a los hidrantes instalados por la empresa para estas emergencias, el informe señala que "en un principio estos tienen agua, pero con una presión/caudal insuficiente; posteriormente no podemos abastecernos a través de ellos debido a que quedan sin caudal", señalando a renglón seguido que cabe "mencionar que durante el reconocimiento del establecimiento se detecta una fuga de agua localizada en la parte este del establecimiento". Esta versión contrasta con la ofrecida por personal del propio servicio que señalan que la fuga de agua se produjo accidentalmente cuando los bomberos, auxiliados por personal de la empresa, inspeccionaban la tubería. A una de las personas que participaban en esta labor se le cayó sobre la tubería la chapa de hierro que habían acabado de retirar para inspeccionarla, causando un agujero en la tubería y la consiguiente pérdida de agua.

Esa avería apuntada en el informe de bomberos podría haber sido la causa de la falta de presión y caudal del sistema antiincendios de la empresa de reciclaje de metales, si bien las fuentes citadas consideran que fue la magnitud del siniestro lo que secó el sistema. Una autobomba porta entre 9.000 y 10.000 litros de agua, que puede verter hasta a 2.400 litros por minuto. En menos de cinco minutos se vacían, teniendo que recargarse.

En cualquier caso, la situación obligó a que los bomberos tuvieran que desplazarse hasta ArcelorMittal para abastecerse de agua en uno de sus hidrantes. Horas después, a las ocho y cuarto de la tarde, la EMA puso a servicio de los bomberos cinco puntos de aprovisionamiento de la red pública a medio centenar de metros de la entrada de la chatarrería. Esto mejoró la situación, pero no impidió que varias autobombas tuvieran que seguir haciendo viajes hasta Arcelor para continuar obteniendo agua.

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Alarma por un enorme incendio en un desguace de Gijón

El informe relata que "una vez en conocimiento de los hechos y de su magnitud, la Jefatura de Servicio entra en contacto con la Empresa Municipal de Aguas a la que solicita apoyo para garantizar el suministro de agua en base a reuniones anteriores en las que se había puesto en evidencia esta necesidad de agua en ciertas intervenciones". Además, los bomberos también recibieron suministro de espumógenos de Auxquimia.

El informe de Bomberos se ciñe a la intervención y no hace referencia a la normativa aplicable, que es el Reglamento de seguridad contra incendios en los establecimientos industriales, aprobado por el real decreto 2.267/2004, vigente desde el 16 de enero de 2005 en el que se especifican los sistemas antiincendios que tiene que tener cada industria en función de sus edificaciones, extensión y nivel de riesgo. Ese reglamento incluye también la obligatoriedad de contar con depósitos de agua y su capacidad, dotados con equipos para garantizar la presión en el suministro.

El control del cumplimiento de la normativa y del adecuado mantenimiento de las instalaciones antiincendios se realiza mediante inspecciones periódicas, entre uno y cinco años según el nivel de riesgo, realizadas por organismos colaboradores de la administración que deben comunicar a la Consejería de Industria su conformidad tras la revisión.

El incendio en Daniel González Riestra se originó durante la trituración de un vehículo en la máquina fragmentadora, que produjo un estallido "con proyección de material sobre la pila de acopio de chatarra, lo que provoca que esta se incendie", recoge el informe. En un primer momento fueron los propios trabajadores los que intentaron contener las llamas, avivadas por el viento que soplaba del sur-suroeste.