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JAVIER BRIANSÓ | Ingeniero, es responsable de Operaciones en EDP

"La factura de la luz no variará demasiado para quienes compren un coche eléctrico"

"Se necesitan incentivos y subvenciones que faciliten el cambio de sistema y eliminen los impedimentos actuales"

Javier Briansó. JUAN PLAZA

El ingeniero Javier Briansó, director de Operaciones en EDP, participó ayer en la jornada sobre movilidad urbana organizada por la Cátedra Gijón Smart Cities para lanzar un mensaje de tranquilidad. El futuro de la automoción es eléctrico, pero los bolsillos de los compradores de los nuevos coches no se verán resentidos. "Estamos preparados para ello", aseguró ante los asistentes a la jornada.

- ¿Cuánto van a tardar los coches en ser todos eléctricos?

-Para que sean todos yo diría que aún queda tiempo, para el año 2035 más o menos. En España hay 22 millones de automóviles, y que un 25 por ciento sean eléctricos es algo que se podría alcanzar entre 2025 y 2030. Eso ya es un número importante. Los objetivos de la Comisión Europea en términos de reducción de gases de efecto invernadero estuvieron muy enfocados hasta ahora en lo que se llama sectores no difusos, que son los del comercio de emisiones de CO2, donde el que más contamina tiene que pagar por ello. Pero los objetivos que se han fijado no se alcanzan sólo regulando esos sectores; también hay que hacerlo sobre los sectores difusos, como el del transporte. En España un 24 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero están ocasionadas por el sector transporte, más que el sector eléctrico. Así que es necesaria esa acción para llegar a los objetivos de la Unión Europea que marcan el final y que hay que cumplir.

- ¿Cuál es el problema?

-Estamos debatiendo en cierta forma qué fue primero, el huevo o la gallina: las baterías no tienen la suficiente duración como para poder tener un vehículo eléctrico estándar, que te permita la autonomía de un vehículo convencional, y necesitas puntos de recarga. Pero como hay pocos vehículos eléctricos, no se ponen puntos de recarga suficientes. Hace falta desde el punto de vista institucional una estrategia, un marco regulatorio que favorezca el despliegue de esos puntos, la compra del vehículo eléctrico y el achatarramiento de los antiguos, y la flexibilización del negocio para que más empresas puedan entrar en él.

- ¿Abre alguna esperanza en este sentido el cambio del gobierno de la nación?

-Yo diría que independientemente del gobierno esto es algo que está encima de la mesa, y volvemos a los objetivos macro de Europa. España está a la cola de estos objetivos y es algo que está encima de la mesa del gobierno que sea. A lo mejor un nuevo gobierno puede llegar con más ganas de revolucionar ciertas cosas, y esta es una que es relativamente sencilla de fomentar. No estamos hablando de un coste al sistema enorme, sino más bien una transición de una industria muy grande detrás del vehículo de combustión interna, algo que algo que no es fácil. Tenemos que crear una industria nueva para que pueda haber una transición de una hacia otra.

- ¿Lo ha asumido ya la industria tradicional del automóvil?

-Sí. El consejero delegado de Volkswagen a nivel mundial aseguró el año pasado en su encuentro anual internacional que el futuro es eléctrico. No hay ninguna duda; la cosa es cuándo. Si no, será imposible llegar a esos objetivos de emisiones. Y desde un punto de vista estratégico está claro que Europa es un continente que depende al 100 por ciento de combustibles de países externos, así que realmente tener un vehículo eléctrico, generando electricidad con un mix energético renovable que no depende de combustibles de terceros hará que como continente seamos más competitivos. La cuestión ahora mismo es la transición hacia ese modelo: hasta llegar a ese punto harán falta subvenciones y estímulos para poder llegar a ser competitivos. Ahora estamos viendo ya que la energía eólica es más competitiva que el carbón o que la nuclear. Además no es el mismo esfuerzo que hubo que hacer en otro tipo de tecnologías; estas están más desarrolladas.

- ¿Y el consumidor? ¿Ya tenemos asumido que el próximo coche que compremos será eléctrico?

-Hacen falta incentivos, lo tendremos asumido cuando nos lo pongan fácil, esto está claro. Mientras todo sean impedimentos es más complicado y de eso no se puede culpar al usuario. La concienciación es necesaria, es fundamental, y seguramente en España en este asunto igual vamos por detrás de Europa, donde hay países que tienen mucho más clara la idoneidad de los vehículos eléctricos. Allí el usuario lo lleva más en el ADN, pero aquí todo llegará.

- ¿Cómo va a repercutir el tener un coche eléctrico en nuestra factura de la luz?

-Realmente hay que ver cómo evoluciona el mercado eléctrico, y está claro que estamos en una transición energética con la salida del carbón y el cierre de nucleares. Lo fundamental es que haya una transición óptima, que se tomen las decisiones correctas en el momento adecuado. Igual no podemos cerrar el carbón y las nucleares hasta que las renovables no sean capaces de asumir todo el sistema, tiene que ser algo suave. La entrada de las renovables en el sistema está haciendo que cada vez sea más competitivo, y los costes no son variables, no dependen del combustible, con lo que el precio en el mercado energético está bajando. Habrá más demanda por el consumo del vehículo eléctrico, pero esa demanda no es comparable a la de la gran industria pesada como puede ser Alcoa o Arcelor. Es una demanda mucho más pequeña y realmente el sistema eléctrico está preparado para ello, así que la factura del consumidor no se va a notar.

- ¿Cómo funcionará entonces la recarga?

-Cambiará un poco con respecto a la actualidad, porque habrá puntos de recarga como los de las gasolineras, a los que podrás ir y pagar con a tarjeta de crédito, o tu compañía podrá facturarte el servicio a final de mes aunque cargues en los puntos de otras compañías porque todas las empresas mantendrán una comunicación entre ellas. No habrá que preocuparse al final de mes.

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