La clave estuvo en un teléfono. El que los ladrones de Sidra Frutos, que específicamente buscan en sus asaltos dejar incomunicadas a sus víctimas quitándoles móviles y cortando líneas, no vieron cargando en la cocina de la casa. Era su primer asalto de la madrugada del jueves y ese olvido fue básico para mermar la ventaja del grupo criminal que en las últimas dos semanas ha perpetrado cinco asaltos en llagares y chalés de Gijón y Villaviciosa.

Fue ese despiste, y el convencimiento de los autores de que la Policía iba a tardar en enterarse de su ataque, lo que permitió a la Guardia Civil desplegar su operativo con rapidez pese a ser madrugada. Reforzaron su presencia en la zona de Les Mariñes (Villaviciosa) de forma inmediata -participaron hasta cinco patrullas de paisano y uniforme- y todo sin que los ladrones pudiesen pensar que ya estaban siendo buscados.

Así que mientras la banda de Europa del Este continuaba su periplo delictivo por los límites de Gijón y Villaviciosa, creyendo que tenían más margen de maniobra, los agentes les seguían de cerca la pista. Tras una persecución por la carretera vieja que acabó en el entorno del nudo de El Llano se pudo detener a dos de los asaltantes de la banda de los lagares. Ayer se negaron a declarar en la Comandancia y hoy pasan a disposición judicial.

Los investigadores tienen meridianamente claro que entre el primer asalto perpetrado contra Sidra Menéndez, el 18 de agosto, y estos cuatro últimos de Quintes y Quintueles, los integrantes de esta banda criminal estuvieron fuera de la región. Ni siquiera creen que llegaran a estar asentados aquí. Esta impresión se fundamenta en que no existe denuncia alguna en Asturias -ni en demarcación de la Benemérita ni de la Policía Nacional- durante ese tiempo por un delito de estas características. Y según su modus operandi, los agentes también consideran como muy probable que hayan vuelto a huir del Principado. En consecuencia, se ha dado aviso a los cuerpos de seguridad de las autonomías más próximas, aunque sin bajar la guardia en la región. De hecho, tanto Benemérita como Policía Nacional mantenían ayer los controles en Gijón y áreas colindantes durante todo el día.

No obstante, la mayoría de los golpes que esta banda ha hecho en el pasado se cometieron en la zona de Levante, en concreto en Cataluña y en la Comunidad Valenciana, a excepción de uno ocurrido en Pola de Siero. Asaltos por los que aún están pendientes de juicio. Ya entonces quienes les detuvieron detectaron un patrón de conducta muy similar que incluye la entrada de madrugada en las viviendas y con sus inquilinos dentro, algo poco frecuente. Además de la violencia y amenazas de muerte que profieren contra sus víctimas. Sidra Menéndez, Frutos y el chalé de Quintes son ejemplos.

Más dudas arrojan todavía otras cuestiones de la investigación. Como el número de integrantes del grupo que actuó en Sidra Frutos y el resto de llagares y chalés de Las Mariñes. Los agentes que realizaron la persecución desde Villaviciosa hasta la entrada de Gijón estiman que del furgón robado en el llagar Buznego -devuelto ya a sus dueños tras ser analizado sin encontrar pistas ni rastro de las joyas y dinero sisadas; sólo encontraron las botellas de alcohol robadas en un chalé- se apearon rápidamente entre cinco o seis personas que huyeron entre la maleza, cada uno por su lado. Si otro u otros cómplices les llevaron en coche hasta las zonas de los asaltos podrían tratarse de un grupo más numeroso.

Los investigadores descartan por ahora que los llagareros sean un objetivo específico de estos ladrones, a pesar de que tres de los cinco inmuebles afectados eran negocios de sidra.