La pesadilla nunca acaba para los vecinos de las viviendas de Francisco Eiriz, en Jove. Después de hacer frente a las polémicas ayudas de rehabilitación -con cuantiosos pagos a Hacienda para familias con economía estrecha o incluso pensiones mínimas-, ahora los inquilinos sufren importantes humedades en techos y paredes, que están causando además daños en muebles y enseres de las casas. Esta situación está llevando a los seguros de los afectados a denunciar a las comunidades de vecinos para que éstas a su vez reclamen los desperfectos a la empresa responsable de ejecutar las obras de remodelación. Los vecinos califican los trabajos, finalizados hace tan sólo dos años, de "chapuza".
La presidenta de la comunidad de vecinos de Francisco Eiriz, Raquel Díaz, es una de las afectadas. Dos habitaciones, el baño y la cocina de su piso, un quinto que en la actualidad tiene alquilado, presenta grandes manchas de humedad. La presencia de moho, denuncian los inquilinos, está deteriorando encima muebles, cortinas y ropa, y pone "en riesgo nuestra salud y seguridad" por el desprendimiento de techos, que empiezan a agrietarse. Con todo, las humedades actuales son "las mismas e incluso mayores" de las que existían en la urbanización antes de realizarse las obras.
La empresa Gijón El Llano Fachadas S.L. fue la responsable de acometer la reparación de 102 viviendas entre 2015 y 2016. El aspecto degradado que tenían hace cuatro años las fachadas de los diez bloques de viviendas de la calle no tiene nada que ver con el actual, pero ese lavado de cara se ha convertido en un quebradero de cabeza para los vecinos. Primero, con las ayudas -hubo pensionistas que cobraban 800 euros al mes y tenían que pagar a Hacienda 2.500- y ahora, con las humedades. Los vecinos detectaron los primeros desperfectos en diciembre de 2017, momento en el que dieron aviso a la constructora, aunque sin éxito. Los propietarios piden actuar "con la mayor celeridad" posible.
