La colaboración entre empresa y Universidad quedó ayer patente en la jornada sobre inteligencia artificial en la que expertos de la industria y de la Academia expusieron sus puntos de vista y necesidades. Su coordinador, el profesor Luciano Sánchez Ramos, aseveró que la iniciativa representaba una oportunidad para difundir "cómo se pueden evitar averías que pueden ser costosas; no es tanto pedir, sino dar y orientar nuestra investigación a los problemas que la sociedad requiera".
De la parte empresarial, el ingeniero Álvaro Martínez, representante de la empresa Rolls Royce, aseguró que con el departamento de Informática de la Universidad de Oviedo han hablando sobre proyectos de análisis de datos para identificar el deterioro de motores y extrapolar ese análisis a motores individuales, no a una flota completa. En Navantia, su representante, José Antonio Pagán, explicó que la empresa tiene como objetivo principal maximizar la fiabilidad de los equipos, "aumentando lo predictivo más que la supervisión".
El ingeniero José Manuel Benítez, de la Universidad de Granada, valoró la oportunidad que supone para el sector industrial la inteligencia artificial al abaratar los costes y mejorar el mantenimiento de la infraestructura. Ellos lo han trabajado con el sector ferroviario.
Por su parte, el director de Industria, Manuel Monterrey, aludió a las oportunidades de la digitalización en mantenimiento correctivo.
