"Hay que ponerse en la piel de quienes lo sufren, y lo entiendo y lamento, pero en la medida de lo posible pido tranquilidad y confianza en las fuerzas de seguridad. Yo la tengo". Ese es el mensaje que ayer por la mañana, y aprovechando una comparecencia pública para hablar de otros asuntos, envió de manera directa la alcaldesa de Gijón a los vecinos, comerciantes y hosteleros del barrio de La Calzada.

La regidora Carmen Moriyón mostraba su preocupación por esa oleada de asaltos en "un barrio que no se caracterizaba por su inseguridad" pero hacía un llamamiento público a dejar la resolución del conflicto en manos de la policía. Nada de patrullas ciudadanas por las calles gijonesas. Ni otros movimientos ajenos al control que de la situación pueda tener la Policía.

"Son asuntos extremadamente delicados y la solución sólo puede venir de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado", sentenció tras anunciar que se había triplicado la presencia policial en la zona, tanto de agentes uniformados como de efectivos de paisano, y que las fuerzas policiales creen estar "en la recta final de la resolución de estos delitos".

Mientas esa solución llega, Moriyón reconoció que "a mi me corresponde dar este mensaje de tranquilidad" y que lo hacía a partir de la información recabada en ámbitos policiales donde, aseguró, "se está trabajando concienzudamente y de forma coordinada".

Las declaraciones de ayer de la Alcaldesa suponen elevar de rango el mensaje institucional del equipo de gobierno gijonés que ya adelantó unos días antes el edil de Seguridad Ciudadana, el forista Esteban Aparicio. Todo tras la alarma vecinal generada en La Calzada por los cinco atracos a locales en menos de dos meses y concentrados en el área de la popular y concurrida avenida de la Argentina, uno de los ejes neurálgicos del comercio del barrio pero también de toda su vida social.