El gobierno forista se ha puesto manos a la obra para intentar concretar el diseño de un nuevo plan local de comercio antes de que acabe el actual mandato político. Sólo el diseño porque la presentación del documento está prevista para finales de este recién empezado 2019, con cita electoral y opciones de cambio de gobierno por medio. La vigencia del anterior plan terminó en 2014 y, desde entonces, tanto los comerciantes como los partidos de la oposición han exigido el desarrollo de un nuevo documento que impulse un sector que es básico para la economía local. Sólo hay que recordar que uno de cada cinco empleos que hay en la ciudad se vinculan al comercio. Son 16.707 trabajadores, entre asalariados y autónomos. Una cifra que está por encima de todas las ocupaciones que genera la construcción (5.640 empleos) o la industria (12.177 empleos).

La puesta en marcha de un nuevo plan local de comercio de carácter cuatrienal, para el periodo 2016-2019, también se fijaba como prioridad en el listado de medidas del pacto de concertación social "Gijón crece" firmado en julio de 2016 por el gobierno de Carmen Moriyón con la patronal, representada por Fade, y los sindicatos UGT y Comisiones Obreras. Ni se ha cumplido aún con ese mandato ni con los plazos del acuerdo plenario de mayo en el mismo sentido. Un acuerdo promovido desde Ciudadanos y que se aprobó por unanimidad.

Ahora, con las urnas electorales a la vuelta de la esquina, el proceso se reactiva desde el ámbito municipal partir de encuentros que afectan a los tres interlocutores que ahora mismo hay en danza: el Ayuntamiento, la Unión de Comerciantes y la Universidad de Oviedo. No hay que olvidar que el Ayuntamiento recurrió hace unos meses a la Facultad de Comercio, Turismo y Ciencias Sociales "Jovellanos" con la intención de articular un convenio de colaboración.

En verano, la Facultad presentó una propuesta de trabajo dividida en cinco fases. La primera fase sería para recoger información sobre experiencias en otras comunidades autónomas, tendencias del mercado, oferta y demanda comercial y marco legal a aplicar y en la segunda se recopilarían opiniones tanto de asociaciones, comerciantes y grupos de interés como de expertos en investigación y desarrollo comercial.

A partir de esa información, y en una tercera fase, se expondría la realidad del comercio en Gijón. La cuarta fase se centraría en recoger los objetivos a lograr y presentar a los agentes implicados una propuesta definitiva de Plan de Orientación Comercial de Gijón. El seguimiento del Plan sería la quinta fase.

Tras una serie de contactos, y a partir de un presupuesto que ronda los 90.000 euros, la propuesta definitiva de la Universidad llegó a finales del mes de noviembre. La intención es empezar los trabajos este mismo mes a partir de un consenso previo con la Unión de Comerciantes sobre el camino a desarrollar. Se trataría de concretar la labor de cada una de las tres partes antes de convocar una reunión de la comisión de seguimiento del plan para informar de la fases del proyecto y de la tramitación del expediente.

Todo esto previsto para el mes de diciembre de este año. Y sin tener en cuenta un posible cambio de gobierno en junio que paralice esta dinámica de trabajo. Pase lo que pase, lo evidente es que la actual etapa municipal se cerrará sin un Plan de Comercio. Una realidad de la que se lamentaba José Carlos Fernández Sarasola, de Ciudadanos, porque "sin una estrategia y unas políticas locales claras de apoyo al sector es difícil que este pueda seguir creciendo y enfrentarse a los importantes retos que tiene por delante, y, además, no se estarán aprovechando las sinergias que puede tener con otros como el turismo. Gijón está desaprovechando su potencial en relación al turismo de compras". Turismo de compras que era otra de las líneas de trabajo del "Gijón crece" junto a la dinamización de zonas comerciales, la consolidación de la fórmula de centro comercial abierto y el desarrollo de una estrategia para mercados no estables en espacios públicos.