Evitar que las células cancerosas se escapen hacia el torrente sanguíneo y, por extensión, hacia nuevas áreas del cuerpo, era el objetivo de la investigación liderada por la gijonesa Victoria Sanz Moreno, catedrática del Barts Cancer Institute, en Londres, vinculado a la Universidad Queen Mary de la capital británica. Pero lo que su grupo de investigación no esperaba era que, en el camino de desarrollar tratatamientos más efectivos para pacientes con melanoma, se iban a encontrar con una solución que abre la puerta a atajar otro tipo de tumores muy invasivos.

El estudio, financiado por el Cancer Research UK y publicado esta misma semana en la prestigiosa revista "Cell", presenta un interesante hallazgo, al concretar los efectos de una proteína, denominada miosina II, que no solo hace que las células sean mas invasivas, sino que también desencadena la liberación de sustancias químicas que reprograman el sistema inmunológico del paciente. Lo mas importante es que estas células se encuentran en el borde de los tumores, en el frente invasivo. Es ahí, donde las células del sistema inmune -los macrófagos- en vez de atacar el tumor, se convierten en su cómplice ya que están bajo la influencia de estos mediadores químicos.

"El melanoma nos interesa mucho pues es uno de los cánceres cuya incidencia esta subiendo (en vez de bajar), y es un cáncer de los mas metastáticos. Lo que aprendemos estudiando el melanoma nos puede ayudar a entender otros cánceres agresivos", sostiene la gijonesa. Actualmente se diagnostican unos 160.000 casos al año en todo el mundo, el 1,5% de los tumores en ambos sexos. En nuestro país se diagnostican unos 3.600 anuales. En 2002 fue el motivo de 41.000 muertes en todo el planeta. En España fallecen 710 personas al año por melanoma.

La investigación que ahora acaba de ver la luz gracias a la financiación del Cancer Research UK permite ayudar a entender otro tipo de cánceres agresivos. El grupo de Victoria Sanz Moreno en el Barts Cancer Institute ha podido constatar que si se bloquea la actividad de una proteína clave en la extensión del melanoma -Miosina II- es posible ralentizar el crecimiento y la diseminación del tumor y, por tanto, facilitar su tratamiento. Los medicamentos que bloquean la actividad de esa proteína -la miosina II- ya se están utilizando para tratar otras enfermedades como el glaucoma y ahora podría combinarse también con los tratamientos existentes para el melanoma.

El profesor Richard Marais, director del Cancer Research UK Manchester, y experto en melanoma, subrayó a la prensa británica que estos hallazgos muestran cómo la investigación básica que se realizan con fondos de Cancer Research UK "ayuda a entender la biología del cáncer y a desarrollar tratamientos efectivos". Marais explicó que cuando se elimina el melanoma siempre existe la posibilidad de que algunas células puedan permanecer: "Lo que este estudio muestra es que podemos desarrollar tratamientos para evitar que las células restantes se diseminen después de la cirugía, ayudando a los pacientes a sobrevivir por más tiempo". La gijonesa, autora principal y directora del estudio, agrega que el trabajo recién publicado en "Cell" destaca cómo las células cancerosas interactúan e influyen en el entorno que las rodea para crecer y extenderse. "El desarrollo de tratamientos dirigidos a los mediadores químicos que alteran el sistema inmunológico podría ayudar a prevenir la propagación de la enfermedad", concluye.