El número de viajeros y pernoctaciones no son los únicos parámetros que baten récord en este Gijón que se consolida mes a mes como uno de los destinos turísticos del Norte de España que más crecen. También crece su planta de alojamientos. Y no sólo en lo que tiene que ver con los hoteles, con la reciente inauguración de un establecimiento de cuatro estrellas en el centro de la ciudad. De hecho, la tipología de alojamiento que más crece, y con diferencia, es la de vivienda vacacional. La memoria de 2017 de Divertia, la empresa municipal que gestiona las políticas de turismo, contabilizaba en su registro de alojamientos hoteleros y extrahoteleros un total de cinco viviendas vacacionales con una oferta de 34 plazas. El listado actualizado que ahora mismo maneja Divertia tras el cierre de 2018 contabiliza 27 viviendas vacacionales registradas que suman unas 220 plazas de oferta global. Se multiplican por cinco el número de viviendas vacacionales y por más de seis las plazas disponibles en la ciudad. El registro de alojamientos de Divertia tiene como fuentes el registro de empresas turísticas del Principado de Asturias y la comunicación de los propios establecimientos de la ciudad.
Esta oferta de vivienda vacacionales puede parecer una mínima gota de agua si se tiene en cuenta que Gijón tiene una oferta de más de 7.000 plazas -de las que 4.650 se reparten entre los hoteles y otras 1.500 se vinculan a los dos campings que existen en la ciudad- pero genera toda una reflexión sobre las nuevas formas de incorporarse al negocio del turismo de muchos gijoneses, sus alternativas para sacar rendimiento s sus propiedades inmobiliarias, y los distintos intereses que tienen los viajeros cuando eligen Gijón como destino. Intereses al margen de las opciones que les de una habitación de hotel en el casco urbano o un piso turístico con vistas al mar o en plena zona de copas y animación comercial.
La mayoría de las viviendas vacacionales están ubicadas en la zona rural de Gijón. Hay oferta en Cabueñes, Cenero, Lavandera, La Pedrera, Castiello, Leorio, Somió y Granda. Las plazas disponibles van de las cuatro a las 14 -la máxima que permite la normativa del Principado- y de 2 a 6 el número de habitaciones en las que se reparten. Las viviendas vacacionales, al contrario que otras viviendas de uso turístico, se contratan de forma integra y no por habitaciones. Por norma los pisos no pueden tener la consideración de viviendas vacacionales, lo que genera la diferencia con esos pisos turísticos que se ofertan a través de grandes plataformas como opción particular al alojamiento hotelero regulado.
Las alternativas al alojamiento hotelero tradicional también se detectan en otras opciones que computan en la lista de Divertia. Por ejemplo, la existencia en Gijón de dos albergues que se vinculan al interés por aprender y practicar surf o una casa de aldea de dos trisqueles de categoría en la carretera de Deva. El registro incluye también la residencia cultural y universitaria de Cimadevilla, con 30 plazas pensadas para estudiantes. La única residencia de estas características a la espera de que se concrete, tras meses de espera, el proyecto residencial en el campus universitario.
