Está a punto de inaugurar una exposición de su trabajo, junto con un compañero, José Rodríguez. Ambos construyeron un proyecto fotográfico, "Desde la trastienda", que pretende mostrar por dentro el comercio de Gijón más genuino. Será en el Centro de Cultura Antiguo Instituto, desde el 1 al 31 de marzo. Maribel Gijón es un nombre de guerra, en realidad sus apellidos son García García. Pero para la fotografía ha querido presumir de su ciudad. Maribel es una mujer guapa, alta, alegre y muy profesional.

- Defínase, por favor.

-Nací en Gijón (1959), soy una gran luchadora. Y curiosa, por eso me aficioné a la fotografía. Me ayuda a ver la vida de otra manera. Soy autodidacta también, me gusta estudiar. Estoy divorciada desde hace veinte años y tengo dos hijas. La mayor tiene treinta y ocho años, está casada y me acaba de hacer abuela. La otra tiene treinta y cinco, y dice que no tiene vocación de madre, pero sí de tía. Soy enfermera en el centro de salud de Contrueces.

- ¿Cómo se aficionó a la fotografía?

-Desde niña me interesó. Tengo un hermano, y un año convencimos a mi madre para pedir a los reyes una cámara de fotos. Yo tenía once años. Hacíamos sesiones mi hermano y yo? Cuando se crearon los primeros cursos de la Universidad Popular de fotografía analógica, nos apuntamos. Tuvimos de profesores a Juan Carlos Tuero y a Pañeda. Anteriormente comprábamos fascículos. Aprendimos a revelar en el laboratorio. Fui evolucionando pero cuando nació la segunda niña, lo tuve que dejar. Lo retomé hace nueve años.

- Y se encontró con la fotografía digital?

-Sí, pero la analógica tenía mucho romanticismo. El cuarto oscuro, la bombilla roja, y el secado. A veces me preguntan cómo no haces analógica, y yo respondo que esa fase ya la pasé.

- ¿Cuándo se plantearon organizar la exposición sobre los comercios tradicionales?

-Nos preguntamos por qué había comercios que cerraban a los pocos años de abrir, y sin embargo otros perduraban. Surgió la idea. Y elaboramos el proyecto, con unas condiciones. La primera era que estuvieran en el centro de Gijón. La segunda que fueran anteriores a los años sesenta, y la tercera que estuvieran regidos por la misma familia.

- ¿Cuántos salen?

-Veintiuno. "El Caballo", que cerró pero se conserva "on line"; "El Gallego", "Georgina", "Junquera", "La Ibense", "Los Puntilleros", "Mercurio", "Puerta del Sol", "Sierra", "Verdú", "Curtidos Carrasco", "El Candado", "Ferretería Quirós", "Junco", "La Asturiana", "Librería Industrial", "Mariano", "Mujica", "Riobás", y "Tritón", éste ya cerró pero lo hicimos antes. Había otras cuatro, pero las dejamos porque los dueños eran mayores y no les interesaba.

- ¿Cuánto tiempo les llevó?

- Un año y medio. 2018 y unos meses de 2017.

- ¿Los comerciantes los recibían con agrado?

-Sí, fueron superamables, todos. Sin ningún problema. Lo que más me costó fue escribir el proyecto. Se hizo un estudio previo y cada tienda tiene un texto.

- ¿Cómo son las fotos, responden a la trastienda?

-No, son tres fotos por cada negocio. Procuramos captar el espíritu de la tienda, lo más representativo.

- ¿Cuántas hicieron cada uno?

-Yo hice once y mi compañero diez.

- ¿Tiene usted más aficiones?

-Bailar, me encanta.

- ¿Y qué han hechos sus hijas?

-La pequeña estudió Farmacia y está especializada en Microbiología, y la mayor es enfermera como yo.

- ¿No tiene usted pareja?

- Tuve dos, pero ya no quiero más. Estoy sola tan a gusto. Tengo amigos y una nieta.

- ¿Quién ha sido su maestro en la vida?

-Mi madre. Murió hace tres años y todavía la echo de menos. Teníamos una relación muy buena, nos cuidábamos una a la otra.

- ¿Políticamente dónde está?

-En la izquierda, la socialista. Soy la más moderada de toda la familia.

- Oiga, ¿y si le compran las fotos los responsables de las tiendas?

-Muy bien, no tendríamos inconveniente, así pagamos los gastos.