La denominada área metropolitana de Asturias tiene como objetivo conseguir subsidios de la Unión Europea y, de llevarse a cabo, significaría la supremacía de las ciudades situadas en el centro de la región en detrimento de las zonas rurales del Oriente y del Occidente. Estas son las dos conclusiones principales, junto con la idea de que la ordenación del territorio del Principado es "un caos absoluto", de la mesa redonda que ayer se celebró en el Club LA NUEVA ESPAÑA de Gijón, bajo el título de "L'Aria Metropolitana: un análisis dende'l nacionalismu asturianu", en la que participaron Roberto González-Quevedo, doctor en Antropología; David Rivas, profesor de Estructura Económica de la Universidad Autónoma de Madrid; Xosé Nel Riesgo, geógrafo y experto en desarrollo local, y Llucía Fernández, de la Andecha Astur.

"No nos oponemos al área metropolitana, pero una idea de tal importancia tiene que basarse en unos objetivos más fuertes, como una visión integral de todo el territorio asturiano, pero no se está teniendo en cuenta", señaló la representante de la Andecha Astur, quien opinó que con el área metropolitana se camina a una concepción de Asturias "que pretende fortalecer al área central y abandonar el resto, que se verá condenado a la despoblación".

Con el área metropolitana se pretende aglutinar a los concejos que conforman el denominado "ocho asturiano", tratándose de un instrumento legal superior a los ayuntamientos pero inferior, en competencias, al Principado.

Por su parte, Xosé Nel Riego criticó que se olvidasen "en algún cajón" todos los estudios que sobre la ordenación del territorio se realizaron cuando Pedro de Silva era presidente del Gobierno del Principado para llegar, en la actualidad, a una situación que calificó como "un desorden y un caos absoluto", al "dejar en manos de las leyes del mercado" la ordenación del territorio.

Alertó el geógrafo de que el "ocho asturiano" ya se está convirtiendo en un triángulo cuyos vértices forman Oviedo, Gijón y Avilés en detrimento de las cuencas mineras centrales, que se están despoblando por el cierre de los pozos, una situación que calificó como "un drama". Puso como ejemplo que en ocho años se redujo a la mitad la matrícula en Educación Primaria en el concejo de Aller y en diez años los concejos del Suroccidente perdieron un doce por ciento de su población, la mayoría menor de 40 años de edad. La razón estriba en que la población emigra a las ciudades del centro de la región buscando servicios básicos que no tienen en sus concejos natales. Y terminó su intervención el geógrafo afirmando que en Asturias "llevamos un retraso de casi treinta años en la ordenación del territorio".

David Rivas, en su turno de intervención, puso un ejemplo sobre el transporte de pasajeros en el centro de Asturias para criticar la idea del área metropolitana, "una figura que data ya del año 1964, cuando se puso en marcha la de Madrid, que fue un fracaso".

El ejemplo del profesor de Estructura Económica es que en el centro de la región operan seis empresas de transporte para una población de unos 800.000 habitantes, pero "no hay intercambiadores modales ni una central de cambio intermodal" entre el ferrocarril y el transporte de viajeros por carretera.

Gijón, la ciudad más poblada de Asturias, lleva más de veinte años esperando por una estación intermodal.

También criticó el profesor que al albur del área metropolitana "siempre aparece un estudio para eliminar concejos", cuando, señaló, "no se tiene en cuenta la deuda pública de cada ayuntamiento", que, en su opinión, es la clave.

Por último, Roberto González-Quevedo quiso dar la "visión del campesino asturiano" y, subrayó: "Si se confirma el proyecto del área metropolitana tendremos una Asturias con una zona central más rica y desarrollada y unos lados más pobres, más marginales y sin visión de futuro".