El extriunfito Alfred García sintió ayer en sus carnes, en Gijón, la pasión que ha levantado en sus fans. Un pasión que casi le arrolla.

El cantante barcelonés, que protagonizó en la pasada edición de Operación Triunfo algunos de los momentos de mayor “tirón” televisivo por la química generada con Amaia, otra de las participantes y quien finalmente se erigió como ganadora de la edición de Operación Triunfo 2018, no parecía que fuera a tener una gran recua de seguidoras juveniles por su estilo altermativo, algo tímido, por su pose indolente y su desgana natural.

Pero lo cierto es que el joven está logrando hacerse un sitio en el difícil y competitivo mundo musical y su gira nacional de presentación de su álbum “1016” va de éxito en éxito.

Al éxito de su primer trabajo discográfico, del mismo nombre del álbum, que alcanzó Disco de Oro, le está siguiendo el gancho que está teniendo su gira, que ya inició con casi todo el papel vendido. Un tour musical que dio comienzo el 28 de febrero en la Sala Joy Eslava de Madrid y que hasta junio le tendrá de ruta por una veintena de localidades españolas.

En su show en directo Alfred García cuenta con una banda de siete músicos con los que ayer quisio dejar bien claro en Gijón su ambición en el mundo de la música española.

Y la respuesta del público es como para darlo todo, porque horas antes del concierto en la sala Albéniz de Gijón ya había cerca de un centenar de fans que le estaban esperando con ansia, haciendo cola en la calle San Bernardo de Gijón. Desde la misma puerta de la sala hasta llegar a la plaza del Parchís, la fila de seguidores y seguidoras ocupando la acera era como preguntarse qué iba a pasar en la zona. Y qué iba a pasar no era otra cosa que el concierto de Alfred.

El joven cantante y compositor llegó al lugar de la cita musical y cuando se disponía a entrar en la sala Albéniz sufrió el empujón de una de las fans que estaba en los primeros lugares de la fila, demostrando el ansia por verle.

Un empellón que le aplastó contra la puerta principal del local, y que hizo a Alfred girarse con cara de pocos amigos, aunque enseguida le cambió el rictus al darse cuenta de que no era más que un exceso de ímpetu de sus seguidores.

El vídeo con lo sucedido hizo reaccionar a algunas seguidoras que ya ayer mismo pedían disculpas al cantante en nombre de los fans asturianos y le prometían que esa mala entrada no sería la tónica de la noche. Una noche en la que todo el mundo disfrutó.

Lo cierto es que Alfred ya había tenido que sortear otra embestida simbólica: la de Vueling, que le dejó sin maleta y, por consiguiente, sin traje de gala para su actuación en Gijón.