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Un proyecto de altos vuelos

Una empresa gijonesa desarrolla para Arcelor tecnología para controlar mediante un dron procesos de producción en las naves siderúrgicas

Por la izquierda, Alberto Fernández, Tamara Fernández, Andrés Menes, Laura Álvarez, Saúl Rodríguez y Antonio Lamas, el equipo de Ingeniacity, sosteniendo el dron que desarrollan para Arcelor-Mittal y otros dos más pequeños que usan para pruebas. MARCOS LEÓN

Drones volando de forma autónoma dentro de una nave industrial para controlar los procesos de producción; robots autónomos y maquinaria sin conductor desplazándose por una factoría sin tener que limitarse a un camino marcado y trabajadores cuya ubicación es conocida en cada momento por la dirección. Ese es el futuro de la actividad fabril en las pequeñas y medianas industrias que se imaginan los socios y trabajadores de Ingeniacity, empresa de consultoría e ingeniería ubicada en el Espacio Tecnológico del campus de Gijón, que está desarrollando para Arcelor-Mittal un sistema para permitir que un dron vuele de forma autónoma dentro de las naves de la siderúrgica. La tecnología es trasladable a otro tipo de maquinaria y a la ubicación de personas y aplicable a infinidad de industrias.

El proyecto es uno de los siete de la primera edición de Open Innovation 4.0, programa impulsado por el Idepa y por el Centro Europeo de Empresas Innovación. El reto, hacer que lo que ya es común al aire libre, con drones capaces de volar de forma autónoma utilizando el GPS, pueda posible dentro de una nave industrial, donde el sistema de posicionamiento global no es operativo ni otras tecnologías como el wifi ofrecen las suficientes prestaciones.

¿Qué hacer entonces? Ingeniacity ha recurrido a la Ultra Wide Band (banda ultra ancha), una tecnología de radiofrecuencia que se emplea en interiores para el posicionamiento de personas o de materiales. Es una tecnología que está en mantillas. Desde 2015 varias universidades y centros de investigación han experimentado en laboratorio con la misma, pero el proyecto de Ingeniacity para ArcelorMittal es pionero en intentar darle una aplicación industrial sin que interfiera en los procesos productivos, lo que pasa por conseguir que la tecnología sea fiable.

La Ultra Wide Band permite "atravesar paredes", esto es, conocer la posición de un dispositivo aunque en la trayectoria de la señal haya un obstáculo. Ahora se trata de ubicar sensores dentro de una nave industrial para tener localizado en todo momento dónde está volando el dron. La comunicación entre esas balizas y el dron es bidireccional, haciendo que el dron ajuste su trayectoria si lo necesita.

Este proyecto tiene la dificultad añadida de que se trata de un aparato que tiene que volar y por lo tanto desplazarse en tres dimensiones. Y la acumulación de metales y maquinaria en movimiento en la factoría de Arcelor-Mittal, dado que estos originan interferencias en la señal, algo que se tratará de evitar disponiendo las balizas en los lugares apropiados para evitar las perturbaciones.

La primera fase del proyecto ya ha concluido, con pruebas realizadas en el centro de I+D de Arcelor en el que se ha comprobado que la tecnología es viable, volando en un entorno controlado. "Ahora queda garantizar que el sistema es robusto, esto quiere decir que el índice de fallos sea de uno entre mil o uno entre un millón", explica Antonio Lamas, uno de los ingenieros que desarrolló el dron. El desarrollo del proyecto también contempla que el dron pueda detectar obstáculos.

Desde Arcelor se apunta que el uso que tienen previsto darle al dron autónomo es el de tareas de inspección de almacenes, por ejemplo para realizar inventarios, y la inspección de espacios confinados. Una vez que esté desarrollado, la multinacional prevé usarlo en otras factorías siderúrgicas, además de las asturianas.

La aplicación prevista por Arcelor no es única. En función de los equipos que se instalen en el dron -desde videocámaras hasta sensores térmicos- el uso puede variar, ajustándose a las necesidades de cada empresa. El tamaño del dron también puede modificarse, en función del peso de esos equipos.

El acuerdo con Arcelor contempla que Ingeniacity no pueda vender su tecnología a la competencia directa de la multinacional del acero, pero les deja las manos libres para ofrecérselo a empresas de distinto tipo. La principal ventaja de la tecnología que está desarrollando Ingeniacity es su flexibilidad. Una vez que se complete su desarrollo, el uso de esta tecnología se puede aplicar a maquinaria, para flexibilizar el movimiento autónomo de robots o de carretillas en las fábricas -que ahora tienen muchas limitaciones-, a determinar la ubicación de materiales y a conocer la ubicación y los movimientos de los trabajadores en una fábrica de cara al control de producción. Esto hace que puedan ser clientes potenciales de esta tecnología "casi todas las empresas medianas y grandes de Asturias", explica Tamara Fernández, directora comercial de Ingeniacity. La tecnología también puede tener aplicaciones en el comercio, para controlar el recorrido de los consumidores en un centro comercial, considera la empresa.

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