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El perfil de la pobreza en Gijón: cada vez de menor edad, mayor formación y rostro de mujer

El Albergue Covadonga, la Cocina Económica y Mar de Niebla alertan del aumento de la vulnerabilidad, que afecta ya a jóvenes y menores

Un mendigo con sus enseres, pidiendo limosna en una céntrica calle de Gijón. ÁNGEL GONZÁLEZ

La pobreza, cada vez más joven, con más formación y con una presencia cada vez más habitual de mujeres. Y lo que cada vez preocupa más: en muchas ocasiones solas y con niños pequeños a su cargo. El rostro de los necesitados en Gijón tiene muchos ángulos, pero si en algo coinciden las entidades que atienden a los colectivos más vulnerables es en la bajada de la media de edad y en la llegada de perfiles que antes no se daban.

Lo corrobora el Albergue Covadonga, que el año pasado atendió a 181 mujeres, la cifra más alta de su histórico. A ellas se suman 50 menores, un dato que ha hecho saltar las alarmas, con los recursos para familias saturados y constante necesidad de crecimiento. De las personas que llegaron al Albergue el año pasado, la gran mayoría tenía estudios primarios. Pero un 26 por ciento, 266 personas, habían superado la Secundaria, y 45 contaban con estudios superiores. "Es reseñable cómo hay un porcentaje cada vez mayor de personas con estudios medios y superiores que han utilizado en alguna ocasión los servicios del Albergue para poder subsistir", refleja la memoria provisional. En los datos del año pasado constan siete estudiantes y tres técnicos superiores entre los perceptores de ayuda.

El estado civil sigue siendo prioritariamente el de personas solteras, especialmente entre los hombres, seguidos de separados y divorciados, y lo más llamativo ha sido en los últimos años el descenso en la media de edad: ganan peso los usuarios entre los 30 y los 44 años, un 31 por ciento del total de beneficiarios. Según la estadística, 131 personas se encontraban entre 18 y 29 años, y la franja de edad más numerosa es la que va de los 45 a los 64 años, la más complicada a la hora de remontar situaciones laborales adversas. Con todo, la media de edad de las mujeres que pasaron por el Albergue es de 43 años; en el caso de los hombres sube hasta los 47.

La misma evidencia se palpa en la Cocina Económica. El responsable, Luis Torres, pone de relieve cómo en los últimos años el perfil de los beneficiarios del servicio de comedor ha ido cambiando hasta situarse en una media de edad sensiblemente más baja. Tal y como explica, "el retrato habitual de las personas a las que atendíamos era el de jubilados a los que no les alcanzaba la pensión y se veían obligados a acudir a nosotros para poder comer caliente a diario; o directamente el de personas que sólo tenían la calle, también de edad elevada".

Los estragos de la crisis, que aunque los expertos consideran superada aún se deja sentir entre los más vulnerables, afectan a gente muy joven y con buena preparación con necesidades básicas sin cubrir. "Estamos viendo a gente a diario que tendrán unos 30 años, y eso antes nunca se daba", sostiene Torres, preocupado por el cambio de perfiles entre quienes acuden en busca de ayuda.

Son también jóvenes las personas que atiende Mar de Niebla a través de su proyecto "Eslabón", a pie de calle con quienes menos tienen. El perfil de este programa es un poco más radical: hombre entre 45 y 55 años, español, sin ingresos, que duerme en la calle en viviendas abandonadas o chabolas, seguidos muy cerca de los que duemen en coche y al raso.

En el primer trimestre del año, la Oficina de Derechos Sociales, el proyecto que trabaja con familias y personas adultas en Mar de Niebla, atendió a 105 usuarios diferentes, con un alcance de 237 personas (es decir, otros miembros que forman parte de la unidad de convivencia del titular del expediente). La mayoría de beneficiarios son mujeres ( 54,3 %) entre 46 y 55 años.

Entre los hombres (45,7 % del total), la franja de edad donde se concentran mayor números de demandantes de ayuda se sitñua entre 36 - 45 años y 46 - 55. La nacionalidad prioritaria es la española (72,4 %) y la inmensa mayoría (más de 70 %) reside en el distrito oeste de la ciudad. La mayor parte de los que acuden a este programa no disponen de ingresos, mientras que el resto cobra el Salario Social Básico. En total, en todas las unidades familiares de la oficina se han cuantificado 97 menores de edad.

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