Personal del Instituto Nacional del Carbón (Incar) hará durante todo un año un seguimiento exhaustivo y específico de las manchas de carbón que se vayan detectado en el playa de San Lorenzo para intentar determinar su origen. Ese es el objetivo del contrato de apoyo tecnológico que ayer firmaban en el salón de recepciones de la Casa Consistorial el edil de Medio Ambiente, Aurelio Martín, y el director del Incar, Fernando Rubiera, en representación de la entidad dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. El acuerdo se plantea a doce meses con un presupuesto de 14.000 euros pero con la opción abierta de prorrogar esa colaboración.
Será la primera vez que el Incar, gracias al apoyo del Ayuntamiento, haga un estudio sistemático, concreto y con dotación económica específica sobre el carbón que llega a San Lorenzo. Rubiera recordó que "hay estudios previos pero no fueron exhaustivos". Esos estudios y los restos de carbón recogidos en otros momentos serán tenidos en cuenta pero a partir de ahora, y siempre que haya una mancha de carbón en San Lorenzo, técnicos municipales o del Incar recogerán muestras para que sean analizadas. Las muestras, dice el contrato, serán "rigurosamente geolocalizadas, fotografiadas, marcadas y debidamente precintadas".
El objetivo es dar una repuesta científica al eterno debate popular que reparte la culpa entre la carga del hundido "Castillo de Salas" y los movimientos de carbón que se hacen en puerto de El Musel. Eso sí, ya alertaba ayer el director del Incar que será "dificilísimo" cuantificar de donde viene cada carbón. El denominado "estudio petrográfico de muestras de carbón recogidas en la playa de San Lorenzo de Gijón y elucidación de su posible procedencia" tiene como investigadora responsable a la doctora Isabel Suárez Ruiz.
El contrato lo firman Ayuntamiento e Incar pero en él se hace referencia explícita a la colaboración con otras entidades. Muy en concreto con la Autoridad Portuaria de Gijón. De ella se solicita ayuda para, por un lado, acceder a información sobre el tipo, procedencia y destino de la carga que llevaba el "Castillo de Salas" cuando se hundió ante la costa gijonesa en 1986 y, por otro, disponer de toda la información necesaria sobre movimientos de graneles carbonosos en El Musel. El Ayuntamiento da por bueno que el Puerto no tendrá problemas en fijar esta colaboración.
"Esto es una muestra de la preocupación del equipo de gobierno sobre todo lo que acontece en la playa de San Lorenzo", matizaba el edil de Medio Ambiente, Aurelio Martín. No hay que olvidar que también hay abierto un debate político, social y medioambiental sobre la posible contaminación del agua de San Lorenzo en base a los altos niveles de contaminación fecal detectados en el río Piles.
Hoy mismo, la situación de la playa de San Lorenzo será motivo de un debate plenario a partir de una proposición compartida por los cinco grupos de la oposición-y apoyada desde la Federación Vecinal- donde se insta al gobierno a favorecer la transparencia y participación social en todo lo que tiene que ver con San Lorenzo recuperando el Observatorio de la playa "o un órgano con su mismo espíritu" que esté abierto a los grupos políticos, la asociaciones de vecinos y los demás actores de la sociedad civil vinculados a las playas.
Marina Pineda y Aurelio Martín, portavoces de los dos grupos municipales del gobierno, PSOE e IU, han presentado una enmienda que hace desaparecer del acuerdo la referencia al Observatorio de la playa. A cambio el compromiso es encauzar la información sobre el estado de las playas y planes sobre ellas a través de la comisión municipal de Medio Ambiente y el Consejo Sectorial de Medio Ambiente.
