Las labores de los agentes del Cuerpo Nacional de Policía que desde el pasado lunes investigan el aseinato a puñaladas de la vecina de La Calzada Lorena Dacuña, de 41 años, centran ahora sus esfuerzos en dar con los hombres portugueses que acompañaron a la gijonesa y a una de sus amigas la noche de la muerte de la vícitma del útlimo caso de violencia machista registrado en nuestro país. Las indagaciones que están realizando los cuerpos policiales están guiadas por la declaración de la amiga de la fallecida, en la que se indica una descripción física de los varones, así como las afirmaciones que ellos les trasladaron: que se encontraban en Gijón por motivos laborales y que se estaban alojando en un hotel de Gijón.

Con estas pistas, la Policía lleva días preguntando a alojamientos de la zona, en los que indagan para descubrir si los acompañantes de Dacuña y su amiga se alojaron allí. Además de la descripción y los datos conocidos (que son de nacionalidad portuguesa y los días en los que ocurrieron los hechos), la Policía aporta una fotografía de los hombres, aunque esta no tendría una gran definición, sacada del móvil de la víctima por lo que los agentes ya tendrían identificados a estos hombres, que habrían venido a Gijón a trabajar en Duro Felguera y que ya se encontrarían fuera de la ciudad, de regreso a su país natal.

La amiga con la que Lorena Dacuña salió a tomar algo a un karaoke de La Calzada asegura que ambas conocieron en aquella noche del sábado 1 de febrero a dos portugueses. Según declaró ante la Policía Nacional la testigo, una de las últimas en ver a la gijonesa con vida, ambas se habían conocido hace apenas un mes en su puesto de trabajo, la empresa de limpieza Brillastur, y la víctima ya le había contado que hace unos tres meses había roto su relación con un hombre "muy controlador y celoso". También le dijo que el detonante de la ruptura fue que "le había destrozado toda la ropa interior, diciéndole que si no la usaba con él, no la usaría con nadie". Secunda, por tanto, el testimonio que las amigas y la familia de la víctima dieron sobre el asesino confeso, José Manuel Sánchez Merino. También aclaró haber dejado a Dacuña en el parque de La Algadonera con uno de estos dos varones y que trató de enviarle un mensaje al llegar a casa, pero que se equivocó de número.

Según esta versión, las dos amigas quedaron a las 20.30 horas y se dirigieron a una sidrería de la avenida de la Argentina. Después, visitaron otro chigre de la calle Honduras, siempre en La Calzada, y ya de madrugada, hacia las 1.30 horas, entraron en un karaoke de la calle Uruguay. Fue en ese local donde ambas conocieron a los dos portugueses que ahora busca la Policía Nacional. Estuvieron con ambos dentro del establecimiento alrededor de dos horas, pero la testigo apenas recuerda detalles concretos de lo sucedido. Solo sabe el nombre de pila de uno de ellos, que no fue el que "estuvo charlando casi todo el rato" con Dacuña, y una descripción genérica de cada uno. El que intentaba hablar principalmente con la ahora fallecida, tiene "el pelo castaño, corto y con entradas, y es de complexión fuerte". Aquel día iba vestido con prendas de color claro.