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Investigan la obra del embalse de San Andrés por salirse del área autorizada

Ecologistas y la Sociedad de Ornitología alertan de la supuesta irregularidad en la laguna artificial a la Guardia Civil, que ha abierto diligencias

Obras de construcción de la laguna artificial junto al embalse de San Andrés de los Tacones.

El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil de Gijón ha abierto diligencias de investigación sobre la obra que está acometiendo ArcelorMittal junto al embalse de San Andrés de los Tacones para habilitar un refugio para las aves que anidan en las márgenes del pantano, que se va a vaciar para reparar las filtraciones que tiene la presa del embalse. Varios grupos ecologistas alertaron de que las obras en ese espacio protegido se están efectuando fuera de los límites autorizados para hacerlas. Una vez concluidas las diligencias, el Seprona las remitirá a la Fiscalía, para que evalúe si la actuación de la siderúrgica pudiera tener o no relevancia penal.

El embalse gijonés de San Andrés de Los Tacones -junto a los de La Granda (Gozón), Trasona y La Furta (ambos en Corvera)- forma una Zona de Especial Protección de las Aves (ZEPA) de la red Natura 2000, espacio protegido en cumplimiento de la Directiva Hábitat de la UE. El embalse gijonés es un refugio y espacio de anidamiento para aves, entre ellas varias especies protegidas y de interés comunitario. El embalse va a tener que vaciarse para reparar la presa en su cabecera, por motivos de seguridad. El Principado autorizó la obra, pero poniendo entre otras condiciones la construcción en su cola de una laguna artificial con una isla en el centro, que debería estar hecha en marzo, para dar tiempo a las aves a familiarizarse con la misma antes de la época de cría.

Según han denunciado la Coordinadora Ecologista de Asturias y la Sociedad Española de Ornitología, la obra se está efectuando en un lugar distinto, a unos 300 metros de distancia, afectando a una charca "de alto valor ecológico", un juncal que sirve de refugio y área de cría a varias especies de aves, entre ellas algunas de las que invernan en este espacio protegido. Ambas organizaciones reclaman a la administración la paralización de la obra.

La Coordinadora Ecologista formalizó ayer sendas denuncias ante el Principado, la Confederación Hidrográfica del Cantábrico y el Ayuntamiento de Gijón, explicó su portavoz en Asturias, Fructuoso Pontigo. El colectivo ornitológico alertó de lo que estaba ocurriendo al Seprona. El delegado en Asturias de la Sociedad Española de Ornitología, Nicolás López, explicó que esta asociación está analizando la presentación de una denuncia formal en los próximos días ante la Guardia Civil, la cual, no obstante, ya ha abierto diligencias ante el aviso verbal.

El Seprona se ha puesto en contacto con la Consejería de Desarrollo Rural del Principado -a la que está adscrita la Dirección General de Biodivesidad y Medio Natural- y con la Confederación Hidrográfica del Cantábrico, para recabar información de ambos.

"Cumple con lo establecido"

Desde ArcelorMittal se apuntó ayer que a la empresa "no nos consta ninguna denuncia, pero en todo caso entendemos que lo que hemos hecho hasta ahora cumple con lo establecido en las condiciones de la autorización e intentando alterar lo menos posible la ZEPA".

No lo ve así el delegado de la Sociedad Española de Ornitología en Asturias, quien es consciente de que "la remodelación de la presa es necesaria, pero debe procederse teniendo en cuenta los condicionantes para la obra que pusieron el Principado y la Confederación Hidrográfica, que establecen una ubicación y un plazo determinado para hacer la laguna artificial". Nicolás López sostiene que las obras "se están ejecutando muy tarde y en un lugar distinto al que habían sido autorizadas, dentro de un espacio protegido por la Red Natura 2000, y están afectando a especies protegidas en el ámbito de la directiva; es un caso grave".

Las especies más importantes que acoge el embalse de San Andrés son el ánade silbón, el ánade azulón, el pato cuchara, el ánade friso, el andarrios chico, el martín pescador, la agachadiza común, la agachadiza chica, la garza real, el porrón europeo, la cerceta común, el zampullin común, el zampullin cuellinegro, la focha común y un buen número de aves invernantes muy raras que recalan en este embalse durante sus viajes migratorios invernales, procedentes del norte de Europa y, en algún caso, de Norteamérica.

La gestión de la ZEPA que conforman los cuatro embalses del área central asturiana, entre ellos el de San Andrés, es competencia del Principado, que en 2014 aprobó su Instrumento de Gestión Integrada, en el que se recogen las especies protegidas que habitan en ese área, tanto de fauna como de flora (bosques de alisos y fresnos que hay en la cola del embalse), con el mayor nivel de protección dentro de la Directiva Hábitat de la UE.

Además de cuestionar el cambio de emplazamiento para la construcción de la laguna artificial, la Sociedad de Ornitología considera que el inicio tardío de las obras impedirá que se pueda habilitar adecuadamente un nuevo espacio para acoger a las aves mientras se vacía el embalse. En ese sentido, señalan que no sólo se trata de que la laguna artificial debiera de estar construida para marzo, cuando comenzarán a llegar las aves para anidar, sino que debería de estar hecha con antelación para dar tiempo a que se elimine la turbidez del agua que acoja: "Un charco con barro no es hábitat para especies protegidas", explica Nicolás López. Agrega que hay especies de aves que se alimentan o bien de peces o bien de vegetación acuática, a las que una laguna con aguas turbias y sin otra cosa que ofrecerles no les resultará acogedora.

No fue posible obtener ayer valoraciones ni del Principado ni de la Confederación Hidrográfica.

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