Carla González Saavedra, más conocida como Carla Akiko González, es la asturiana que está detrás de @hazzatumbo y que triunfa a través de las redes con sus impactantes y creativas obras. Recién licenciada en Estudios Ingleses por la Universidad de Oviedo, es la creadora de un arte que quita el aliento, fotografías basadas en pintores clásicos y grupos de música contemporánea. Instagram ha sido su gran altavoz y en esta red social ya suma 22.201 seguidores. Hoy Carla Akiko habla de sus fotografías, desvela alguna de sus rutinas y cuenta cómo pasa la cuarentena.

-¿Considera arte lo que hace?

-Claro. Sí que considero que lo que hago es arte, al fin y al cabo, la fotografía es según mucha gente el séptimo arte. Me gusta pensar que mis fotos son una mezcla de nostalgia, belleza y agonía que proyectan muchas partes diferentes de mi personalidad. Le pongo mucho mimo a lo que hago y todos mis autorretratos salen de una parte muy profunda de mí. Por eso valoro mucho todos mis trabajos y creo que sería insultante no clasificarlos como arte. Para mí desde luego que lo son. Llevo muchos años delante y detrás de la cámara y he aprendido poco a poco a valorar lo que hago.

-¿De qué países son la mayoría de sus seguidores?

-De España, México, EE. UU., Argentina y Colombia.

-¿Qué fotografía suya suma más "me gusta" y cuántos?

-Mi autorretrato con más "me gusta" en Instagram es "Eros and Thanatos" con 7.773.

-¿Cuál fue su reacción al ver su creciente fama?

-Honestamente, no creo que se le pueda llamar fama lo que tengo. Sí que es verdad que hay mucha gente que sigue y disfruta con mi trabajo, pero la palabra "fama" me asusta un poco, creo que se me queda un poco grande. No estoy segura de cuándo y cómo pasó todo esto, porque fue algo progresivo. Siempre he tenido gente que me ha apoyado en lo que hago. Es increíble saber que personas de todo el mundo valoran mi trabajo. A veces sigo sin creerme cómo gente de países en la otra parte del planeta comenta mis fotos diciendo que les inspiro. Para mí esto es algo muy importante. Concibo el arte como algo recíproco entre una audiencia y un creador. Tiene que haber alguna clase de retroalimentación para que funcione. Y yo, con mis seguidores, tengo mucha suerte porque siempre recibo críticas constructivas que me hacen mejorar en mis futuras fotos. Me encanta compartir mis obras y que la gente vea y valore todo el trabajo que hay detrás. La verdad es que me siento muy afortunada de cómo la gente hace una lectura de mis fotos.

-¿Ha hecho alguna vez algo relacionado con la mitología asturiana o Asturias en general?

-Sí, pero han sido proyectos de otras personas en las que yo simplemente era la modelo. Me gusta retratar la mitología romana y griega y es algo que siempre está en mi imaginario. Aunque sería muy buena idea empezar a inspirarse en las historias que tenemos aquí en la tierrina.

-¿Hace usted sola sus obras o tiene un equipo?

-Todas mis fotos son autorretratos, todo el proceso creativo lo hago yo sola. En el 99 % de los casos nadie me ayuda. A veces mi madre me ayuda con cosas detrás de la cámara. Se le dan muy bien las manualidades y la pintura, y algunas veces es ella quien me da ideas o directamente me proporciona los materiales que necesito. Por lo demás, todo lo hago yo; desde desarrollar la idea, modelar, la iluminación, hasta la edición. En realidad esta es mi forma de trabajar, me gusta hacer las fotos sola. Es un momento que paso conmigo misma, en el que por tonto que suene, aprendo muchas cosas sobre mi personalidad. Soy alguien muy sociable que siempre está rodeada de gente, pero mi parte introvertida es la que coge la cámara y se pasa horas haciendo una misma foto. He aprendido muchas cosas gracias al autorretrato, pero creo que la más importante ha sido aprender a estar en soledad y no estar triste por ello. Por eso me gusta mucho animar a la gente a que se autorretrate, se aprenden muchas más cosas de lo que la gente piensa.

-¿Qué le inspira?

-¡Me inspiran muchas cosas! Me inspiro sobretodo en la música y la pintura. Por ejemplo, alguna de mis bandas favoritas son "Gorillaz", "Future Islands" y "White Lies" y ya he hecho varios autorretratos inspirados en ellos. También encuentro inspiración en pintores clásicos como Caravaggio, John Millais o Roberto Ferri. Sin embargo, Christian Schloe es el pintor que más admiro por sus pinturas surrealistas y mágicas. Siempre que no tengo ganas de crear fotos, busco algunas de sus obras para inspirarme. Pero realmente encuentro inspiración en muchos sitios: en sueños, lugares, personas o poesía. Cualquier cosa que encienda algo en mí me sirve para poder crear.

-¿Ha hecho alguna exposición?

-Aún no. Siempre suelo estar a mil cosas a la vez porque dedico mi horario a estudiar, trabajar y fotografiar. Así que, a veces se me hace muy difícil moverme en este mundillo.

-¿Cómo comenzó?

-Cuando tenía 15 o 16 años, no lo recuerdo bien, mis padres me regalaron una cámara compacta. Aunque ya había tenido contacto con la fotografía gracias a mi hermana, nunca me había interesado ni por el retrato ni el autorretrato. Mis primeras fotos eran de eventos deportivos y paisajes. Pero a raíz de este regalo, empecé a sacarme "selfies", ¡que de aquella ni se llamaban así! Poco a poco fui añadiendo elementos conceptuales a mis autorretratos, sentía que quería hacer algo más que simples fotos. Y así he seguido hasta hoy, intentando mejorar a mi ritmo y añadiendo cada vez más elementos más complejos.

-¿Qué es lo básico que necesita para crear una de sus obras?

-En realidad no necesito mucho para hacer mis fotos. A día de hoy utilizo mi primera cámara réflex, una Nikon D3200 (un modelo bastante asequible y sencillo). Como objetivo suelo utilizar un 50 mm 1.8 (también bastante sencillo). Para editar, depende del producto final utilizo Photoshop CC; Luminar 2018 y Lightroom 2019, aunque siempre tiro más de Photoshop, ya que es el programa con el que más familiarizada estoy. En cuanto a iluminación, me gusta mucho la luz natural pero cuando estoy buscando un resultado más dramático utilizo una soft-box. También tengo dos fondos de tela. Pero realmente, utilizo cosas que o están al alcance de la mano en cualquier casa, o han sido productos muy asequibles y baratos. En mi caso, la mayoría de los accesorios que utilizo para mis autorretratos cuestan menos de 10 euros. Las tiendas locales o de segunda mano son una buena fuente de materiales interesantes. Siempre le digo a la gente que no se desanime por no tener todos los recursos que pueda disponibles. Todo el mundo puede crear piezas increíbles si ponen su creatividad en ellas.

-¿Qué pasos sigue en su proceso creativo?

-Aunque no lo parezca, muchas de mis fotos tienen mucho background a sus espaldas. Es muy importante para mí documentarme primero antes de empezar. Por ejemplo, muchas están inspiradas en la mitología clásica y siempre intento buscar simbolismos que encajen en las historias que intento retratar. No me gusta dejar cabos sueltos, prefiero investigar en profundidad qué es lo que voy a hacer para no "pifiarla" históricamente. Una vez recopilada toda la información que necesito, el segundo paso consiste en hacer los bocetos para no olvidarme de qué es exactamente lo que quiero que salga en la fotografía. En el tercer paso antes de empezar a fotografiar entra en juego el maquillaje o la caracterización acorde con el personaje o lo que sea que quiero recrear. Hecho todo esto, es cuando ya cojo la cámara y me pongo a ello. Si utilizo luz natural, no me hace falta montar nada. En cambio, si uso luz artificial, coloco el o los focos que vaya a utilizar y el fondo. En realidad hago todas mis fotos en mi salón (no me gusta mucho hacerlas en exterior, no es tan íntimo como hacerlas en casa). No tengo un gran equipo como mucha gente podría pensar, de hecho es muy básico y sencillo. Por eso creo que en realidad no hace falta tener un gran equipo para poder crear. Una vez montado el "estudio" coloco mi cámara en un trípode y la conecto a mi móvil (para poder disparar con el móvil la conecto por WiFi, así veo desde mi pantalla lo que estoy haciendo y puedo tener un mayor control de las poses y expresiones). Saco unas cuantas fotos y las reviso. Cuando estoy contenta con el resultado desmonto todo y me pongo a editar.

El proceso de edición es el paso final y lo que más me gusta hacer, aunque es el que más tiempo lleva. Soy muy meticulosa y me gusta que todo quede 100 % como estaba en mi cabeza. Si es una foto compleja puedo tardar unas 10 horas editándola, si es más sencilla, como mucho tardo 4 horas.

-¿Cuáles son sus proyectos futuros?

-Realmente no tengo un patrón a la hora de crear. Como esto no es mi trabajo a tiempo completo y en teoría solo fotografío por afición, acabo creando lo que el cuerpo me pida esa semana. Es decir, no suelo hacer series fotográficas (por ejemplo), solo retrato lo que siento cuando cojo la cámara. De momento me gustaría seguir aprendiendo sobre maquillaje de caracterización y efectos especiales. Soy relativamente nueva en esto, ya que la mayoría del tiempo esos "efectos especiales" los consigo en postproducción. Es mucho más sencillo empezar sobre una base, algo que ya está a la hora de sacar la foto, como el maquillaje.

-¿Cómo está afectando el coronavirus a su trabajo?

-Ahora mismo, al pasar todo el día en casa, tengo muchísimo tiempo para llevar a cabo todos mis proyectos. Desde que comenzó la cuarentena he creado, de media, tres fotos a la semana. Pensaba que me quedaría sin ideas al transcurrir los días pero ha sido todo lo contrario, tener tanto tiempo para pensar está afectando positivamente a mi proceso de trabajo. Me tomo todo con más calma, dedico más tiempo a la hora de sacar las fotos y editarlas. Ahora las trato con más mimo y tiempo.