Los vecinos de la parroquia rural gijonesa de Lavandera llevan un mes en ascuas por no saber aún si uno de sus vecinos falleció o no por un ataque de avispas asiáticas. Se sabe que apareció muerto en su domicilio el día 4 de junio, que tenía 48 años y que sus padres alertaron a las autoridades al no poder contactar con él, y también que en su finca apareció tirada su fesoria junto a un nido de velutina, partido por la mitad. Pero a lo largo de este mes ni el servicio sanitario, el 112 ni la Guardia Civil pudieron "probar" la causa de fallecimiento del varón. ¿El motivo? Este tipo de muertes tipifican como "no violentas" y solo las que preocupen o causen dudas se investigan más a fondo. Solo podría hacerlo el juzgado de guardia, pero la información solo se le facilita a la familia del implicado. Oficialmente, no se sabe de qué ha fallecido.

Y en Lavandera ya no es que los vecinos no conozcan a la familia del hombre, es que ni siquiera saben el nombre de pila de su vecino. Y aún así, se ha corrido la voz de que el varón es alérgico y que se había metido en la bañera "para aliviar el dolor de las picaduras", pero nadie vio directamente nada. No ayuda que este hombre, que llevaba pocos meses residiendo en la parroquia, no se hubiese relacionado con sus vecinos. "Aquí nos conocemos todos y, la verdad, no sabemos ni cómo se llamaba. Solo se comenta que era alérgico porque se dice que apareció en la bañera, pero nada más", comentan.

Lo que sí es seguro es que en esta parroquia rural la presencia de nidos de avispa asiática empieza a ser "preocupante". "Yo no dejo de recibir llamadas de vecinos preocupados porque se encuentran con nidos nuevos. Ya no sé ni cuántas maté. Estamos infectados", lamenta José Antonio Piñera, presidente vecinal, que ve "con extrañeza" que el Principado no se haya pronunciado durante todo este mes al respecto. Otros vecinos aclaran que esa casa, entre los barrios de La Bobia y El Monte, ya está ocupada por otros nuevos residentes.