El histórico exconcejal gijonés Manuel García Santoveña falleció ayer a los 84 años. Conocido también por formar parte de la Junta de Obras del Puerto de Gijón, el expolítico ocupó cargos de responsabilidad en el Partido Popular desde los años 80 y hasta el inicio de este siglo, cuando abandonó la primera fila de la política pero siguió su evolución de cerca, sobre todo, para apoyar a su excompañero Francisco Álvarez-Cascos en la creación de Foro. Compañeros del PP de entonces recuerdan a Manolo Santoveña como un ser "afable" y "muy campechano" que se había ganado el cariño de casi todos los ediles de la época por ser, extraoficialmente, "el maestro de los concejales" que en aquellos años llegaban de nuevas a la Corporación. "En toda esa era, fue siempre Manolo el que te decía con qué funcionario había que hablar, qué contacto había que tener siempre y cuál era la historia de polémicas conocidas", contaba ayer, emocionado, el también exedil popular Pedro Muñiz, cercano amigo del difunto.

Original de Jove, Santoveña se mostraba siempre orgulloso de su barrio y era, según los suyos, "de esos políticos que sabían valorar la importancia de patearse las calles y hablar con la gente". Alejado de los despachos, Muñiz recuerda salir ya avanzado el día por la puerta consistorial en compañía de Santoveña y que, frecuentemente, el político le cogía "de ganchete" para "irse de ruta". "De golpe decía que había que visitar tal barrio porque había baches o a tal grupo que tenía problemas. Manolo fue muy campechano, muy buena persona. Creo que la gente sí supo valorar el tiempo que él dedicaba a estar en la calle y escuchar los problemas de la ciudadanía. Le tomaba el pulso a la calle", defiende su compañero.

Santoveña, que fue concejal en el Ayuntamiento de Gijón entre los años 1983 y 1995 y posteriormente diputado en la Junta General entre 1995 y 2003, se codeó con buena parte de la cúpula más representativa del Partido Popular de entonces, como José Ramón Enguita, la expresidenta autonómica Mercedes Fernández o el ahora forista Isidro Martínez Oblanca. También fue compañera suya Trinidad Rodríguez, exdirectora general de Cultura. "Creo que cualquier compañero de Santoveña en su época podrá decir lo mismo que yo: que fue una gran persona, que nos ayudó y guió a todos los concejales que éramos algo más jóvenes y que su carácter afable y tranquilo hacía que trabajar con él fuese muy fácil", asegura Rodríguez.

Aficionado al fútbol y en contra de los discursos "políticamente correctos", el popular también era conocido en los círculos políticos por su forma desenfadada de hablar sobre la actualidad. "Esa forma tan suya de ser campechano le trajo algún problema a veces, porque en mitad de un Pleno si se le calentaba la boca se podía pasar un poco. Pero era Manolo, y todos sabíamos cómo era, así que hasta los socialistas decían: bueno, Santoveña, ya te pasaste, eh", recuerda Muñiz. "Fue un gran hombre de partido, y también después muy 'casquista', porque su relación con Álvarez-Cascos cuando estaba en el PP había sido muy estrecha", añade.

Casado y con tres hijos, Santoveña llevaba ya algo más de una década con un perfil más bien bajo en el mundo político. Se le solía ver por Ribadesella, donde tenía un domicilio familiar. Y, antes, en cualquier bar de La Calzada, un barrio que frecuentaba con frecuencia para ponerse al tanto de los problemas de la zona oeste. Será despedido hoy, a las 11.00 horas, en la capilla del tanatorio de Jove. Sus restos descansarán después en el cementerio del barrio, el suyo.